Carlos III iba a hacer millonaria a Meghan Markle, a cambio de recuperar al Príncipe Harry
Meghan ha rechazado todas las ofertas para divorciarse

Pasaron cinco años desde que Harry y Meghan Markle abandonaron la Casa Real británica para comenzar una nueva vida al otro lado del Atlántico. Dejaron atrás los títulos, las tradiciones y las obligaciones monárquicas, convencidos de que en California encontrarían la libertad que en Buckingham siempre les fue negada. Sin embargo, el eco de esa decisión jamás se apagó. Y en Reino Unido, mucho menos.
Porque mientras el hijo menor de Carlos III construía un nuevo hogar en América, su padre, desde Londres, alimentaba un deseo íntimo y persistente: recuperarlo. Volver a tenerlo cerca. Verlo caminar por los pasillos del palacio, como antes. Pero todo indicaba que eso no sucedería mientras Meghan siguiera a su lado. La familia real lo tuvo claro. Si Harry no volvía, no era por él. Era por ella. Meghan Markle, firme en sus convicciones, se negó durante años a perdonar lo que consideraba humillaciones, ataques y traiciones de la institución. Y ante esa barrera infranqueable, Carlos III decidió actuar.
Carlos III lo intentó todo para recuperar a Harry
En los meses más críticos de su enfermedad, el monarca movió cielo y tierra para intentar un acuerdo. Según fuentes cercanas, hizo llegar a Meghan varias ofertas millonarias a cambio de un divorcio discreto. Las cifras eran escandalosas: pensiones vitalicias, propiedades de lujo y la promesa de no tener que volver a trabajar jamás. Un pacto silencioso para que Meghan pudiera vivir en paz… y Harry tuviera la puerta abierta de regreso.
Pero Meghan dijo no. Una y otra vez. Rechazó cada oferta, cada intento de conciliación. No cedió ante los Windsor ni por todo el oro de la corona. Para ella, no había trato posible. No había retorno. Carlos III, consciente de que su tiempo se agotaba, soñaba con despedirse de su hijo menor sin el peso del rencor. Pero el reloj corrió más rápido que la reconciliación. El rey quería cerrar su vida con la familia unida. No lo logró.
Así pues, lo que pudo ser una última oportunidad de redención se convirtió en otra página rota en la historia de los Windsor. Meghan no aceptó. Harry no volvió. Y Carlos se fue con el corazón dividido en dos.