Domingo negro en Zarzuela con la reina Sofía al borde del KO
Unas fiestas complicadas que llegan cargadas de preocupación y silencios
La Navidad, que para muchos es sinónimo de unión y calor familiar, llega este año con un sabor especialmente amargo para la reina Sofía. Lejos de las imágenes tradicionales de reuniones en Zarzuela, la emérita afronta unas fechas marcadas por la soledad, la preocupación y el desgaste emocional. Según se ha confirmado, no compartirá mesa ni en Nochebuena ni en Navidad con su hijo, el rey Felipe VI, ni con la reina Letizia ni con sus nietas. Una ausencia que duele, más aún en un momento personal especialmente delicado.
Este domingo ha sido descrito por su entorno como uno de los más difíciles para la reina Sofía. No solo por la distancia con parte de su familia directa, sino también por la situación de salud de su hermana, Irene de Grecia, conocida cariñosamente como la tía Pecu.
Una Navidad lejos de Zarzuela y de su hijo
La reina Sofía no estará en la mesa de Zarzuela estas Navidades. La decisión, aunque discreta, confirma una realidad que se viene repitiendo en los últimos años: su papel dentro de la familia real es cada vez más secundario en las celebraciones oficiales. Mientras Felipe VI, Letizia y sus hijas optan por una Navidad íntima y muy controlada, Sofía queda al margen.

Esta ausencia no es solo institucional, también es emocional. Para una madre, no compartir fechas tan señaladas con su hijo y sus nietas supone un golpe duro. Especialmente para alguien como Sofía, que siempre ha defendido la unidad familiar por encima de todo y que ha mantenido un perfil discreto incluso en los momentos más complicados de su vida. El contraste con otras Navidades pasadas es evidente y refuerza la sensación de aislamiento que rodea a la emérita en esta etapa.
Refugio junto a la tía Pecu en un momento crítico
Ante este panorama, la reina Sofía pasará la Navidad acompañando a su hermana Irene de Grecia. La tía Pecu atraviesa un estado de salud muy delicado y necesita cuidados constantes. Sofía ha decidido estar a su lado, priorizando el apoyo familiar y emocional frente a cualquier otro plan.
Este gesto vuelve a mostrar el carácter de la reina Sofía: entregada, leal y profundamente familiar. Sin embargo, también evidencia su fragilidad actual. Cansada, preocupada y emocionalmente tocada, quienes la conocen hablan de una mujer al límite, sosteniéndose más por responsabilidad que por fuerza.