El equipo médico de Elcano tiene a Leonor bajo tratamiento desde hace 9 días

Desde el primer día a bordo de Elcano, la Princesa Leonor no ha sido capaz de mantenerse sana y en plena forma. La falta de experiencia, por parte de la Princesa de Asturias, a la hora de viajar por alta mar ha provocado que la hija de los Reyes de España no haya tenido pocos problemas de salud a lo largo de su travesía a través del Atlántico. Una situación que ha dejado, en más de una ocasión, a la Leonor, encerrada en su camarote y sin la capacidad de hacer nada junto al resto de sus compañeros.

Ante esta situación, el equipo médico de Elcano llegó a la conclusión de que Leonor estaba sufriendo cinetosis. Un problema relacionado con los mareos provocados por el vaivén constante de las embarcaciones en alta mar. Lo que ha provocado que los médicos que viajan a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano hayan tenido que medicar a la Princesa de Asturias para mantenerla sana y sin sufrir vómitos y náuseas.

En este sentido, se podría pensar que después de varios meses navegando, Leonor ha sido capaz de acostumbrarse al movimiento de la embarcación provocado por las olas. Sin embargo, lejos de estar plenamente recuperada de la cinetosis, la hija de los Reyes de España sigue siendo incapaz de vivir sin medicación y sin sufrir mareos y náuseas de forma constante cada vez que Elcano zarpa para salir a alta mar.

Leonor está condenada a tratarse diariamente

De este modo, después de haber zarpado del puerto de Callao el pasado 22 de abril, Leonor ha estado recibiendo medicación contra los mareos durante nueve días consecutivos. Un tratamiento que se le debe administrar cada vez que la embarcación sale a mar abierto, donde las olas provocan un movimiento que hace que la Princesa de Asturias ya no pueda mantenerse de pie y hace que su cabeza comience a dar vueltas por culpa de los efectos de la cinetosis.

Así pues, a pesar de llevar varios meses a bordo de Elcano, Leonor sigue dependiendo de la medicación para poder mantenerse sana y sin mareos y náuseas diarios. Y es que el vaivén de la embarcación se ha convertido en el mayor enemigo de la Princesa Leonor.