El Príncipe Guillermo y Kate Middleton cambiarán de hogar por el bien de sus hijos
La privacidad se ha convertido en un tema importante para los Príncipes

El verano ha llegado cargado de mar, sol y decisiones cruciales para los príncipes de Gales. Guillermo y Kate Middleton, acompañados por sus hijos George, Charlotte y Louis, han elegido la paradisíaca isla griega de Cefalonia para desconectar del protocolo. Pero la realidad es que, tras las sonrisas y las travesías por aguas turquesa, se esconde una reflexión que podría cambiar su día a día: dejar atrás su actual residencia, Adelaide Cottage, cuando regresen al Reino Unido.
Y es que, mientras recorren el mar Jónico a bordo de un superyate cortesía de Abdullah bin Zayed Al Nahyan, ministro de Asuntos Exteriores de Emiratos Árabes Unidos, y visitan joyas como el lago Melissani o el monasterio de Kipoureon, los rumores de mudanza se disparan. Fuentes cercanas aseguran que la vivienda que ocupan desde 2022 ya no responde a las necesidades de una familia que crece y que busca algo más que una solución provisional. Cuatro dormitorios y un encanto discreto ya no bastan para quienes, por su papel, requieren espacio, privacidad y proyección de futuro.
Los Príncipes necesitan mayor libertad
De este modo, todas las miradas se dirigen hacia Fort Belvedere, una imponente mansión neogótica en pleno Gran Parque de Windsor. Desde hace años, este enclave ha figurado en la lista de preferencias de Guillermo y Kate, y ahora parece que las circunstancias encajan para dar el paso. Según el Daily Mail, la pareja admite sentirse “un poco apretada” en su hogar actual y ve en el fuerte la oportunidad perfecta para criar a sus hijos en un entorno hecho a medida.
La propiedad lo tiene todo: más de 24 hectáreas de terreno, ocho habitaciones, piscina exterior, pista de tenis y casas independientes para el personal. Un lujo que combina seguridad, amplitud y discreción. Incluso la pequeña Charlotte estaría ilusionada con la idea de disponer de su propia pista para practicar tenis, su deporte predilecto, lejos de miradas indiscretas. Todo ello en un paisaje donde el tiempo parece detenerse y la historia susurra en cada piedra.
Así pues, no sería una mudanza cualquiera. Fort Belvedere no es solo una mansión; es el escenario de uno de los episodios más sonados e importantes de la monarquía británica. Un pasado que añade misterio y simbolismo a la que podría convertirse en la nueva residencia de los príncipes de Gales, marcando un nuevo capítulo en su propia historia.