Empleados de Casa Real son los que aseguran que Letizia y Felipe VI no viven junto
Los rumores sobre la vida privada de los reyes vuelven a cobrar fuerza entre los muros de Zarzuela
Desde hace tiempo, dentro de la Zarzuela se comenta lo que ya es un secreto a voces: los reyes de España no comparten techo. Según empleados cercanos, Felipe VI reside en el Palacio de la Zarzuela, junto a su madre, la reina emérita Sofía, mientras que Letizia vive en el Pabellón del Príncipe. Aunque ambas residencias se encuentran dentro del mismo recinto, cada uno lleva su vida por separado.
Ya no hay necesidad de fingir. Las apariciones públicas conjuntas se limitan a actos institucionales y compromisos familiares puntuales. El resto del tiempo, el rey y la reina no coinciden ni en rutinas ni en compañía. Incluso los fines de semana, cada uno elige caminos distintos. Felipe disfruta de escapadas con amigos, mientras Letizia, según fuentes cercanas, organiza viajes breves, incluso fuera del país.
Más allá de las apariencias
Desde que la infanta Sofía se marchó a estudiar a Gales, la distancia entre los reyes se hizo evidente. Jaime del Burgo, con su revelación sobre una supuesta relación con Letizia, fue quien rompió el telón de fondo. A partir de ahí, todo cambió. Lo que antes se trataba de ocultar, ahora simplemente no se disimula.
La periodista Pilar Eyre ya lo dijo en su momento: “Felipe y Letizia son un equipo de trabajo, no un matrimonio.” Y ese equipo solo se activa cuando la agenda lo exige. Por lo demás, viven realidades distintas. Cuentan que Felipe ha sido visto con una heredera de alto perfil, mientras que Letizia tendría una estrecha relación con un empresario catalán.
La Casa Real no confirma ni desmiente nada. Mantiene la discreción, como siempre. Pero dentro del complejo real, quienes trabajan allí aseguran lo evidente: el matrimonio terminó hace tiempo, aunque sigan unidos ante los ojos de la ley.
¿Será este el modelo moderno de monarquía que buscan proyectar? Una pareja que ya no comparte la vida cotidiana, que ha dejado atrás la convivencia, pero que sigue apareciendo unida en lo oficial, cumpliendo con su papel institucional ante la ciudadanía. Un matrimonio que, lejos de los valores tradicionales, se reinventa para mantener la estabilidad de la Corona mientras cada uno construye su día a día de forma independiente.