Felipe VI mueve contactos estratégicos para que no encuentre trabajo en España
El Rey intensifica sus movimientos para mantener a ciertos miembros de la familia lejos de España
Abu Dabi se ha convertido en el lugar preferido de Felipe VI para mantener lejos de Zarzuela a quienes considera problemáticos. Tras la salida de Juan Carlos I hacia la capital de Emiratos Árabes, el Rey ha buscado prevenir futuros problemas dentro de la Casa Real. Entre ellos, Froilán se ha convertido en un foco de preocupación. Su tendencia a salir de fiesta y los episodios que derivan de ello obligaban a la familia a constantes malabares para encubrir sus excesos.
El traslado a Abu Dabi no generó resistencia por parte de Froilán. Allí sabe que vivirá cómodamente mientras su abuelo le respalde. Juan Carlos I continúa apoyando económicamente a su nieto, llegando incluso a contribuir de manera regular mientras Froilán buscaba un trabajo con un salario considerable. Sin embargo, Felipe VI mantiene una postura totalmente distinta. Sabe que Froilán sigue visitando España y teme que su regreso se traduzca en nuevos escándalos. Por eso, desde hace tiempo ha empezado a mover contactos estratégicos para impedir que el sobrino encuentre un empleo en su país.
Bloqueo laboral para garantizar la distancia
El objetivo de Felipe VI es claro: evitar a toda costa que Froilán tenga motivos para volver a España antes de que Juan Carlos I fallezca. Encontrar un trabajo sería la excusa perfecta para regresar, algo que el Rey no está dispuesto a permitir. Para ello, ha activado toda su influencia y ha puesto en marcha una red de contactos en empresas clave. Su intención es que ninguna organización esté en condiciones de ofrecer empleo al hijo de la infanta Elena.

El monarca teme, con razón, los posibles incidentes que podrían surgir si Froilán regresara. Ya en diciembre pasado, durante una visita, se vio envuelto en una trifulca en un conocido local nocturno de Madrid. Situaciones como esa refuerzan la determinación de Felipe VI. Mantener a su sobrino en Abu Dabi no solo es una cuestión de control, sino también de preservar la estabilidad de la Casa Real y evitar que nuevas polémicas empañen su mandato.
En definitiva, la estrategia del Rey combina prudencia y acción directa. Cada movimiento busca garantizar que Froilán permanezca lejos de España, protegido por la comodidad de Abu Dabi, pero vigilado desde la distancia por un Felipe VI decidido a mantener el orden en su familia y en su trono.