Fin de semana negro en Zarzuela por una llamada con consecuencias preocupantes para Felipe VI
Felipe VI está muy preocupado por la salud de sus progenitores, y la tía Pecu, son todos muy mayores
Gran preocupación en la Casa Real. A comienzos de mes, el rey Felipe VI, junto con sus hermanas, la infanta Cristina y la infanta Elena, se reunieron en Sevilla para despedirse de Fernando de Borbón y Medina, un primo lejano del monarca. En el emotivo encuentro también estuvo presente la reina Sofía, quien ha atravesado días complicados debido a su delicado estado de salud. Sin embargo, más allá del motivo del funeral, la reunión familiar sirvió para abordar un asunto que inquieta profundamente a la familia real: el estado de salud de Irene de Grecia, quien se ha convertido en la mayor preocupación dentro de Zarzuela.

Tanto el rey emérito Juan Carlos I como la reina Sofía han llegado a una edad avanzada y, como es natural, han comenzado a experimentar problemas de movilidad y salud propios de la vejez. Aunque ambos intentan mantenerse activos dentro de sus posibilidades, el desgaste físico es evidente. No obstante, el caso que más alarma a la familia es el de Irene de Grecia, hermana de la reina Sofía y figura muy cercana a Felipe VI y sus hermanas. Conocida cariñosamente como "tía Pecu", siempre fue un pilar fundamental en la vida del monarca y las infantas.
Hace dos años, la Casa Real confirmó que Irene de Grecia padecía Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa que afecta la memoria y las capacidades cognitivas. Desde entonces, su estado se ha deteriorado considerablemente. Si bien en un principio se intentó mantener su rutina con la mayor normalidad posible, en su última aparición pública ya se la vio en silla de ruedas, con evidentes signos de deterioro. Aquella imagen preocupó tanto a la familia como a los asesores de Zarzuela, quienes desde entonces han evitado que vuelva a exponerse públicamente.
Felipe VI, Cristina y Elena reciben el peor diagnóstico
Actualmente, Irene de Grecia permanece recluida en Zarzuela bajo el cuidado de un equipo médico especializado. Se ha acondicionado una habitación con todas las comodidades necesarias para garantizar su bienestar y cuenta con atención las 24 horas del día. Sin embargo, la enfermedad ha avanzado con una rapidez inesperada, afectando gravemente su calidad de vida. Ya no reconoce a sus seres queridos, ha perdido la capacidad de hablar y moverse por sí misma, y en los últimos días, incluso funciones básicas como la alimentación y otras necesidades fisiológicas han comenzado a verse comprometidas.
El reciente diagnóstico de los médicos no ha sido alentador. Los profesionales han sido directos con la familia real: no hay posibilidad de mejora, solo un deterioro progresivo. La reina Sofía, Felipe VI, la infanta Cristina y la infanta Elena han recibido con dolor la noticia de que el desenlace puede ocurrir en cualquier momento. La familia es consciente de que el Alzheimer está apagando lentamente a Irene de Grecia, dejando solo su cuerpo presente, mientras su esencia y recuerdos se desvanecen con el tiempo.