Froilán desembolsa más de 80.000 euros en sus vacaciones en Ibiza, Madrid y Marbella
Un verano lleno de lujo y escapadas por España

Froilán vuelve a acaparar titulares, pero no por motivos académicos ni compromisos oficiales. Este verano, su presencia en España ha generado comentarios por un motivo muy distinto: el gasto desorbitado. En menos de un mes, el hijo de la infanta Elena ha destinado más de 80.000 euros a disfrutar de Madrid, Ibiza y Marbella.
Tras vivir dos años en Abu Dabi junto a su abuelo, el rey emérito Juan Carlos I, Froilán ha cambiado el calor del desierto por las fiestas españolas. Su primer año estuvo marcado por un contrato como becario en una petrolera, con un sueldo de 7.500 euros al mes. El segundo, sin empleo, pero sin renunciar al lujo. Con un piso de 500 metros cuadrados y los 10.000 euros mensuales que recibe de su abuelo, su nivel de vida supera con creces la media. Cada vez que pisa España, lo demuestra sin reparos.
En Madrid, se dejó ver en los locales más exclusivos. Reservados VIP, champagne caro y noches interminables. No todo fue perfecto: un altercado en una sala de lujo le recordó que su fama le precede. Después, Ibiza. Allí, el joven disfrutó de fiestas privadas, botellas de más de 2.000 euros y alquiler de barcos para navegar por calas exclusivas. Incluso se produjo algún incidente con fans que se negó a fotografiarse con él.
Marbella y la rutina del gasto
El recorrido estival continuó en Marbella. Más discotecas, cenas de lujo y veladas prolongadas. Froilán no escatima y se asegura de que sus amigos también disfruten. Su entorno afirma que puede gastar hasta 8.000 euros en un solo fin de semana sin problemas. Sumando desplazamientos, fiestas, barcos y cenas, la cifra total supera los 80.000 euros en pocas semanas.
Este estilo de vida no es nuevo. Antes de su traslado a Abu Dabi, la Casa Real intentó poner límites ante incidentes previos que habían dañado la imagen de la corona. Peleas en Madrid, desalojos de locales ilegales… todo ello fue motivo de preocupación.
Ahora, sin obligaciones formales ni compromisos institucionales, Froilán vive a su manera: fiestas, amigos y lujo sin frenos. Desde la familia, la preocupación persiste. Temen que su imagen siga deteriorándose. Pero, por ahora, nadie parece dispuesto a frenar al nieto más mediático del rey emérito.