Iñaki Urdangarin estrena coche de 80.000 euros

Urdangarin disfruta de unos días en familia y retoma viejas costumbres

Iñaki Urdangarin estrena coche de 80.000 euros

Iñaki Urdangarin ha vuelto a dejarse ver, aunque sin hacer ruido. La semana pasada estuvo en Barcelona, ciudad que durante años evitó. Lo hizo sin su pareja, Ainhoa Armentia, y con un objetivo claro: pasar tiempo con sus hijos. Para este viaje, el exduque de Palma ha estrenado un nuevo coche. Un Volvo azul de alta gama, matriculado en abril, valorado en unos 80.000 euros. Llegó con él a la capital catalana y lo aparcó en casa de su hijo Pablo.

La visita coincidió con un cambio de planes familiar. Este año no podrán reunirse todos en Bidart, así que Barcelona se convirtió en el punto de encuentro. Irene, por ejemplo, estuvo con su padre antes de volar a Galicia para acudir a la fiesta de una amiga. Urdangarin y Pablo aprovecharon para compartir tiempo. El joven, jugador de balonmano, está a punto de iniciar la pretemporada. Su padre, que ejerce como mentor deportivo, quiso estar cerca en este momento clave.

El domingo llegó el regreso. Irene tomó un avión y él volvió a Vitoria al volante de su nuevo vehículo. Seis horas de carretera que, seguramente, disfrutó al máximo.

Iñaki y Pablo

Un presente más tranquilo y enfocado

Han pasado casi tres años desde que la vida de Urdangarin dio un vuelco. Su relación con la infanta Cristina terminó en medio de una gran tensión mediática. Durante meses evitó Barcelona para no coincidir con ella. Hoy, esa etapa parece cerrada. La relación entre ambos es cordial. Hay respeto, cariño y un objetivo común: que sus hijos estén bien. Incluso su exmujer apoya sus nuevos proyectos profesionales.

El más reciente es Bevolutive by Iñaki Urdangarin, una iniciativa centrada en el coaching deportivo y empresarial. Lo ha creado como autónomo, aprovechando la formación que realizó en prisión y su título de entrenador nacional. En su web se presenta con un mensaje personal: la vida es un proceso de evolución, con altos y bajos, que hay que aprender a gestionar. Una filosofía que parece haber hecho propia.

Ahora, sus viajes a Barcelona son más frecuentes. No solo para ver a sus hijos, sino también para reencontrarse con una ciudad que fue importante en su vida. Y, como se ha visto esta vez, para disfrutar de los pequeños placeres, como conducir un coche nuevo por sus calles.