Iñaki Urdangarin lleva 11 meses recibiendo un salario de 300.000 euros anuales
El exduque de Palma asegura su estabilidad económica tras un polémico acuerdo en su divorcio con la infanta Cristina.
Parece que Iñaki Urdangarin, el exduque de Palma, ha descubierto una nueva fase de estabilidad financiera tras años de polémicas judiciales y mediáticas. A lo largo de 11 meses, el exyerno del también exmonarca, Juan Carlos I, ha obtenido un ingreso anual de 300.000 euros, un monto que no ha sido inadvertido por la sociedad.
Este "sueldo", que se traduce en 25.000 euros mensuales, ha generado cuestionamientos acerca de su origen y las circunstancias que lo permiten. Asimismo, dicho capítulo no solo impactó a la familia real de España, sino que también reveló la compleja conexión entre el dinero, la autoridad y el silencio.
Las exigencias económicas de Iñaki Urdangarin
Desde el comienzo de las conversaciones de divorcio, Urdangarin estableció cuáles eran sus prioridades: garantizar una vida de alto estándar después de la disolución de su matrimonio. De acuerdo con revelaciones de periodistas como Juan Luis Galiacho, el exduque habría solicitado una compensación millonaria para asegurar su silencio en relación a los años que vivió en la Casa Real. Las cifras reveladas son significativas: se menciona una remuneración de dos millones de euros y una pensión mensual de 25.000 euros, lo que se traduce en un ingreso anual de 300.000 euros.
Inicialmente, la infanta Cristina mostró resistencia a aceptar estas condiciones. No obstante, la presión de su padre, Juan Carlos I, hizo que la balanza se inclinara. El exmonarca habría sugerido aceptar las peticiones de Urdangarin con la finalidad de prevenir que él divulgara datos comprometedores acerca de la familia real. Por lo tanto, el pacto económico no solo se utilizó como un medio para concluir el matrimonio, sino también como un instrumento para salvaguardar la reputación de la institución.
El precio del silencio
Parece que la táctica de Urdangarin ha resultado efectiva. Aunque esquiva entrevistas y declaraciones públicas acerca de su vivencia como integrante de la realeza, lleva una vida cómoda que, de acuerdo con muchos, está respaldada por este pacto millonario. El exduque, sentenciado en el contexto del Caso Nóos, parece haber hallado en su divorcio un método para reconstruir su vida fuera de las miradas judiciales, pero con todas las comodidades de un VIP.
Pese a los rumores, ninguna de las partes implicadas ha corroborado o refutado los pormenores financieros del pacto. Este enigma ha provocado más interrogantes que respuestas, pero algo es claro: Iñaki Urdangarin consiguió pactar un porvenir financieramente estable a cambio de su silencio.
El divorcio no solo significó un punto de inflexión en la relación entre la infanta Cristina e Iñaki, sino que también representó un golpe adicional para la Casa Real de España. A pesar de que la familia trata de restaurar su reputación, este episodio se añade a un conjunto de escándalos que han mermado la fe pública en la monarquía.
Con esta situación, Iñaki Urdangarin no solo reafirmó su capacidad para negociar a su beneficio, sino que también transmitió un mensaje evidente: los secretos más sombríos de la realeza pueden tener un valor, y él sabe cómo aprovecharlos al máximo.