Invitados a la recepción de Marivent comentan que las cirugías de Letizia empiezan a ser un problema

Las operaciones de Letizia comienzan a sentarle muy mal

Invitados a la recepción de Marivent comentan que las cirugías de Letizia empiezan a ser un problema

Si hay algo que Letizia siempre se ha esforzado mucho en transmitir, es una sensación de perfección total y absoluta. Necesita que el mundo la vea siempre impoluta y con cero marcas de la edad o imperfecciones. Se considera que debe ser la mujer perfecta y, para lograr ese cometido, la Reina de España ha recurrido a todo tipo de recursos. Desde dietas dedicadas a eliminar cualquier mínimo porcentaje de grasa de su cuerpo, hasta operaciones estéticas de todo tipo cuya única finalidad es ir en contra de la madre naturaleza y tapar los signos de una edad que avanza sin freno en el rostro de la esposa de Felipe VI.

Y es que, por muchos tratamientos de última generación, la realidad es que la edad es algo inevitable. Da igual si corre sangre azul o roja por las venas de dicha persona, que las marcas y signos de la edad siempre van a aparecer. Se pueden llevar mejor o peor, se puede estar más o menos cuidado, pero siempre van a estar ahí esas arrugas. Algo que Letizia nunca ha sido capaz de aceptar y que le ha acabado provocando un serio problema estético.

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Letizia deja un muy mal recuerdo a los que la ven

En la recepción en Marivent de la sociedad balear, Letizia y Felipe VI aparecieron con unos atuendos más desenfadados que nunca. Ella llevaba un vestido veraniego, de color blanco, y Felipe VI iba con una guayabera y unos pantalones de traje con los que iba más que cómodo y arreglado para una ocasión no tan formal. Sin embargo, el ‘look’ de la Reina contrastaba con su rostro estirado y perfectamente antinatural.

De hecho, los que la vieron aseguraron que Letizia está sumamente mal operada. Más que haberlo hecho mal, dicen que ha pasado en excesivas ocasiones por el quirófano. Ya no tiene un rostro natural en ningún aspecto. Ha tratado de ser perfecta y se ha deshumanizado por completo. Ya no es una mujer más. Ahora parece un robot o una escultura.

Así pues, los efectos de las operaciones estéticas han comenzado a ser un problema para una Letizia que ha perdido todo ápice de naturalidad en un rostro tan estirado que ha llegado a un punto que genera incomodidad en los demás.