Juan Carlos I está siendo víctima de una enfermedad degenerativa que no tiene cura
Los que rodean a Juan Carlos I ven que ya no es el de siempre
La edad está pasando una muy seria factura en Juan Carlos I. El emérito no solamente está acusando las graves secuelas que le han dejado todas las operaciones de cadera, las cuales han hecho que ya no pueda caminar y sea incapaz de llevar una vida mínimamente normal. Y es que, más allá de lo físico, había algo en Don Juan Carlos que hacía sospechar a todos los que estaban con él. Había perdido capacidades cognitivas y estaba lejos de ser el hombre rápido y avispado que siempre había sido.
Todo esto llevó a los médicos encargados de cuidar a Juan Carlos I a proceder con una investigación un poco más profunda y llegaron a la conclusión de que al emérito lo está atacando una grave enfermedad degenerativa que poco a poco va a ir cambiando la personalidad del emérito y dejará seriamente mermadas sus capacidades cognitivas. Estamos hablando de la demencia senil, la cual ya ha comenzado a hacer efecto en el día a día de Don Juan Carlos.
Este reciente diagnóstico ha hecho que comiencen a estar mucho más alerta en Zarzuela. Felipe VI es consciente de que no puede permitir que su padre muera solo y abandonado en el extranjero. Por lo que, según hemos podido saber, el hecho de saber que Juan Carlos I sufre demencia podría acabar precipitando la decisión de un Felipe VI que ya cuenta con un domicilio para cuando su padre esté de regreso a España.

Juan Carlos I ha dejado de ser el de siempre
Si hay algo que había caracterizado a Juan Carlos I hasta el día de hoy, era su personalidad viva y su ánimo imbatible. Algo que se ha desvanecido desde que llegó la demencia. Ahora se olvida de las personas, le cuesta acordarse de ciertos nombres y no reconoce a algunos de sus mejores amigos de toda la vida. Una situación realmente dramática para un Juan Carlos I que no acaba de entender lo que le pasa.
Así pues, a sus 87 años Juan Carlos I está viendo como la edad comienza a jugarle malas pasadas en forma de enfermedades graves e incurables. En este caso se trata de la demencia senil, la cual no tiene solución y está dejando muy afectado al emérito.