Juan Carlos I ha estado usando el helicóptero de Casa Real para mantener relaciones con sus amantes
Nuevas investigaciones ponen bajo la lupa la vida privada del emérito
Amadeo Martínez Inglés, coronel retirado del Ejército, ha levantado gran polémica con su libro Juan Carlos I. El rey de las cinco mil amantes (Chiado Editorial). El autor narra con detalle la vida sentimental del emérito, desde sus años de cadete hasta la actualidad. Según Martínez Inglés, Juan Carlos no dudaba en aprovechar todos los recursos a su alcance para mantener sus relaciones fuera del matrimonio.
El coronel explica que el monarca utilizaba incluso el helicóptero de la Casa Real para desplazarse rápidamente y encontrarse con sus amantes. Para él, espiar al rey no era complicado: “Le contaba todo a todo el mundo. Disfrutaba contando las amantes que tenía”, afirma. Gracias a esto, muchos secretos que antes se consideraban inalcanzables ahora han salido a la luz.
Entre las anécdotas más llamativas, se recuerda cómo Sofía llegó a sorprender al rey con Sara Montiel. Historias como esta no solo revelan la dimensión de sus relaciones, sino también cómo su vida privada se entrelazaba con su papel público. Martínez Inglés detalla año tras año cada relación, haciendo un retrato de un monarca con una vida amorosa intensa y, según él, difícil de controlar.

Un depredador sexual
El libro también describe a Juan Carlos como un verdadero depredador sexual. Martínez Inglés asegura que su fama de conquistador no era un secreto. La facilidad con la que compartía detalles de sus aventuras hizo que mucha información quedara registrada, ya sea de manera oral o a través de sus movimientos dentro de ciertas unidades del Ejército, donde trabajó durante su etapa activa.
El uso del helicóptero de la Casa Real para estos fines resalta la mezcla de poder y privilegio. No se trataba solo de movilidad, sino de una herramienta que le permitía mantener una vida privada paralela sin interrupciones ni riesgos de exposición inmediata. Esta logística también evidencia hasta qué punto el monarca priorizaba sus encuentros personales, aprovechando cada oportunidad que su posición le ofrecía.
El relato de Martínez Inglés no busca solo escandalizar, sino ofrecer un testimonio documentado sobre la figura de un rey que, detrás de la corona, vivía una intensa y polémica vida amorosa. Cada detalle, cada amante mencionada, refuerza la imagen de un hombre que, para algunos, representa un ejemplo de cómo el poder puede influir en la vida personal, y para otros, un reflejo de comportamientos cuestionables y difíciles de justificar.