Juan Carlos I llama “bruja” a Letizia y amenaza con liar la de Dios en El Pardo

Un encuentro familiar que podría dar mucho de qué hablar

Juan Carlos I llama “bruja” a Letizia y amenaza con liar la de Dios en El Pardo

El próximo almuerzo en El Pardo, organizado por los reyes Felipe y Letizia para conmemorar el 50 aniversario de la vuelta de la monarquía a España, promete convertirse en un escenario de tensiones familiares. Aunque la invitación se planteó como un evento privado y discreto, la presencia del rey emérito Juan Carlos añade un ingrediente explosivo. Tras la publicación de sus memorias, en las que no dudó en criticar duramente a buena parte de su familia, Juan Carlos ha generado malestar, especialmente entre los protagonistas más cercanos a Felipe VI: la reina Letizia. Según diversas fuentes, en privado habría llegado a referirse a Letizia como “bruja”, comentario que ha causado indignación y tristeza en la monarca, que se prepara para enfrentarse a él si fuera necesario.

Este encuentro, que reunirá a toda la familia y amigos cercanos, busca equilibrar la presencia del rey emérito sin permitir que se convierta en el centro de atención. La estrategia de Felipe VI parece clara: rodear la mesa de invitados para minimizar cualquier interacción incómoda entre su padre y Letizia, evitando así que la situación se descontrole. Sin embargo, la tensión es palpable, y todos los ojos estarán puestos en cómo se desarrollan las relaciones familiares frente a la opinión pública.

Letizia

Letizia, firme ante las provocaciones

La reina Letizia no ha ocultado su malestar ante los comentarios de Juan Carlos. Su reacción, según fuentes, ha sido de tristeza y cierto disgusto, pero también de firmeza: no permitirá que las provocaciones queden sin respuesta si amenazan la armonía de la familia o la dignidad de su posición. La reina ha aprendido a manejar situaciones delicadas con prudencia, pero este almuerzo será, sin duda, un desafío emocional que pondrá a prueba su capacidad de mantener la calma frente a ataques directos.

Mientras tanto, Juan Carlos parece decidido a mantener su estilo provocador, consciente de que cada palabra genera repercusión mediática. El encuentro de mañana podría convertirse en un punto de inflexión en las relaciones familiares, dejando claro que, a pesar de los gestos de reconciliación, las heridas del pasado siguen presentes. Entre protocolos y sonrisas forzadas, El Pardo se prepara para un almuerzo que muchos ya anticipan como inolvidable… por todas las razones equivocadas.