Juan Carlos I pone como condición para ir a la comida de El Pardo que Letizia no se siente en la mesa

Distancias y protocolos marcan el esperado almuerzo en el Palacio del Pardo

Juan Carlos I pone como condición para ir a la comida de El Pardo que Letizia no se siente en la mesa

El rey emérito, Juan Carlos I, ha dejado claro que su asistencia al almuerzo privado en el Palacio del Pardo, previsto para el sábado, depende de una condición insólita: que la reina Letizia no se siente en la misma mesa que él. Esta decisión llega apenas unos días después de que se celebren los actos públicos por el 50 aniversario de su proclamación y tras la reciente publicación de sus memorias en Francia, que llegarán a España la primera semana de diciembre.

Aunque Juan Carlos no participará en los actos oficiales del aniversario, sí ha querido mantener un contacto más íntimo con su entorno en un encuentro privado. A través de un mensaje transmitido por Carlos Espinosa de los Monteros en el Real Casino de Madrid, el emérito expresó su agradecimiento a quienes le apoyaron hace medio siglo: “Todos juntos unimos esfuerzos y renuncias para realizar esta difícil Transición y convertir a España en una democracia parlamentaria. Os pido el mismo apoyo para mi hijo, el rey Felipe, en este difícil cometido. Gracias y siempre estaré a vuestro servicio”, señaló.

Sin embargo, lo que parecía un gesto de agradecimiento y recuerdo histórico se ha teñido de tensión familiar. La presencia de la reina Letizia, según fuentes cercanas, no es bien vista por Juan Carlos, que prefiere mantener cierta distancia. Esto genera un escenario complicado en el que las relaciones entre emérito y nuera siguen siendo delicadas, y el almuerzo, en lugar de ser un momento de celebración, se percibe como un terreno minado de protocolos y acuerdos implícitos.

Letizia

Letizia y las memorias que incomodan

Por su parte, la reina Letizia no ha ocultado su malestar con algunos de los contenidos de las memorias de Juan Carlos I. Según varias fuentes, varios pasajes han generado incomodidad, aludiendo a episodios de su reinado y de la vida familiar que no han sido del todo bien recibidos por la reina. Este desencuentro ha alimentado la decisión del emérito de mantener cierta distancia en el almuerzo, dejando claro que no se sentará a la mesa con ella.

La situación refleja, una vez más, la complejidad de las relaciones en la familia real española, donde los actos públicos y privados se entrelazan con recuerdos, resentimientos y expectativas distintas. Mientras Juan Carlos busca reivindicar su legado y mostrar gratitud a quienes le apoyaron durante la Transición, Letizia se enfrenta al desafío de gestionar la narrativa familiar y pública que emanan de estas memorias. El encuentro en El Pardo promete, sin duda, ser un almuerzo cargado de simbolismos y miradas, más allá de los platos que se sirvan.