Juan Carlos I se ha sometido a nuevas pruebas en Ginebra que confirman las peores sospechas

Los tratamientos no están surtiendo efecto en Juan Carlos I

Juan Carlos I se ha sometido a nuevas pruebas en Ginebra que confirman las peores sospechas

En Zarzuela están cada vez más convencidos de que el estado de salud de Juan Carlos I ya no va a mejorar. Los problemas físicos se han convertido en un mal irreparable en la vida del emérito que, desde la caída que sufrió mientras cazaba en Botswana, ha sido incapaz de recuperar su cadera, la cual está haciendo que la vida del emérito se haya convertido en un auténtico infierno de dolor y sufrimiento. Y es que, entre lo que le duele y su incapacidad para moverse, Juan Carlos I no puede vivir tranquilo.

Esta situación llevó al padre de Felipe VI a trasladarse a Ginebra para someterse a un tratamiento innovador de células madre y plaquetas. Un procedimiento realmente novedoso que, para el equipo médico, era la última oportunidad que tenían para recuperar la movilidad en las piernas de Juan Carlos I. Sin embargo, a pesar de lo innovador y del nivel del tratamiento, los resultados han acabado siendo los mismos de siempre.

Según revelan fuentes cercanas al emérito, tras recibir los resultados, el equipo médico a su cargo ya le ha confirmado que la silla de ruedas va a estar presente para el resto de su vida. Juan Carlos I ya sabe que no va a poder volver a caminar con normalidad y que siempre va a necesitar la asistencia de alguien en su día a día. Y es que su cadera está tan mermada que apenas puede llegar a levantarse para acostarse en la cama.

Juan CArlos

El emérito ya piensa en volver a España

Ante el delicado momento en el que se encuentra, Juan Carlos I ya habría comenzado a transmitir a sus hijas, Elena y Cristina, su voluntad de regresar a España cuanto antes. El emérito se siente preocupantemente débil y desanimado y siente que su tiempo se está acabando. Tiene absoluto pánico a morir en Abu Dabi y, dado su delicado estado de salud, ya ha pedido que lo trasladen lo antes posible hasta España, donde quiere pasar sus últimos días de vida.

Así pues, los resultados del tratamiento en Ginebra no han sido como esperaban. Juan Carlos I va a seguir postrado en una silla de ruedas y son nulas las esperanzas de que recupere la movilidad. Lo que ha supuesto un golpe durísimo en el ánimo del emérito, que se siente débil y derrotado.