Juan Urdangarin y sus hermanos, beneficiarios de una tercera herencia millonaria

El entorno de los hijos de la infanta Cristina vuelve a ser protagonista por decisiones que marcarán su futuro

Juan Urdangarin y sus hermanos, beneficiarios de una tercera herencia millonaria

Los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin vuelven a estar en el foco. Juan, Pablo, Miguel e Irene figuran como futuros beneficiarios de otra fortuna familiar. A las herencias que les corresponden por parte del rey emérito y su madre, se suma ahora una tercera: la de la reina Sofía.

La monarca retirará discretamente, pero de forma generosa, su legado para sus nietos. Una decisión que confirma lo que ya era un secreto a voces: quiere dejar su huella fuera de los focos. Mientras tanto, Juan, el mayor de los cuatro hermanos, es quien más cerca está de todo. Estudia, trabaja y mantiene contacto constante con sus abuelos.

La discreta fortuna que recibirán

La Reina Sofía ha decidido que sus nietos no queden desamparados. En especial, los hijos de Cristina, que han sufrido las consecuencias del escándalo Urdangarin. La reina emérita, dicen, siente un cariño especial por ellos.

Reina Sofía

Esta herencia se suma a las otras dos de gran peso. Por un lado, la del rey Juan Carlos I. Por otro, la de su madre, la infanta Cristina, quien también maneja importantes bienes tras su paso por la Fundación La Caixa. La fortuna familiar parece estar asegurada para los cuatro hermanos.

Y en paralelo, Iñaki Urdangarin también está sacando rédito de su experiencia en prisión. Tras ser condenado por delitos graves como malversación y tráfico de influencias, pasó cinco años en la cárcel. Hoy, su imagen pública intenta limpiarse.

El padre también quiere su parte

Según el periodista Nacho Gay, el ex duque de Palma escribió un diario en la cárcel. Un cuaderno con reflexiones que podrían valer millones. “Ese cuaderno vale oro. Va a ganar mucho más si no lo publica”, afirmó en una tertulia reciente. Urdangarin está monetizando su historia sin exponerse demasiado. Ha empezado a colaborar con medios y contar su verdad a cuentagotas. Quiere controlar el relato. Y, de paso, asegurarse su propio patrimonio.

Sus hijos observan desde la distancia. Se mantienen alejados de la polémica, pero con los bolsillos cada vez más llenos. Y aunque no lo digan, saben que les esperan años tranquilos gracias al dinero que llegará por varias vías. Tres herencias, un pasado manchado y un futuro asegurado. Esa es hoy la realidad de los Urdangarin.