Las infantas Elena y Cristina piden a su hermano el perdón para su padre porque está perdiendo la cabeza
El regreso de Juan Carlos I se ha vuelto un tema crucial para Elena y Cristina

La vida en Abu Dabi no está siendo nada sencilla para Juan Carlos I, el emérito ha visto como los lujos de los que se ha rodeado en Emiratos Árabes no le están sirviendo de nada para contar con un buen estado de salud. Y es que, a pesar de haberse sometido a todo tipo de tratamientos, el emérito no está bien, ni físicamente, ni mentalmente ni cognitivamente. Lo que ha hecho que las infantas Elena y Cristina comiencen a preocuparse por el final de su padre, al que ven muy deteriorado.
Hasta ahora, la máxima preocupación con Juan Carlos I, era que no pudiera volver a caminar. Un miedo que se ha convertido en una realidad, pero que ahora podría acabar siendo el menor de los problemas para Zarzuela, donde han visto que el emérito ha comenzado a mostrar los primeros síntomas de demencia senil y de otros problemas mentales que lo han llevado a perder facultades.
Tan grande es el deterioro de Juan Carlos I, que tal y como aseguran personas muy cercanas al emérito afirman que ha comenzado a ser incapaz de reconocer a sus mejores amigos cuando lo van a visitar en su mansión de Abu Dabi. Es por este motivo que tanto la infanta Elena como Cristina han llegado a la conclusión de que la etapa de Don Juan Carlos en los Emiratos Árabes debería llegar a su final, lo antes posible.
Elena y Cristina se reúnen con Felipe VI
Con lo delicada que es la situación en la que se encuentra Juan Carlos I, tanto Elena como Cristina han decidido que debe ser trasladado a España lo antes posible. El emérito está perdiendo la cabeza y cada vez le queda menos tiempo de vida de calidad. Es por este motivo que las dos hijas del emérito se han reunido con Felipe VI para pedirle que acepte el regreso de su padre, lo antes posible.
Así pues, los problemas de salud de Don Juan Carlos han llegado a un punto en el que trascienden lo físico. Y es que el emérito comienza a perder la cabeza, lo que invita a pensar que ha entrado en una fase muy avanzada de todas sus enfermedades.