Leonor tiene terminante prohibido hacerse fotografías con su abuelo

Encuentro familiar marcado por la intimidad y la discreción

Leonor tiene terminante prohibido hacerse fotografías con su abuelo

Este fin de semana, el Rey Juan Carlos y sus nietas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, tendrán un esperado reencuentro durante el tradicional almuerzo en El Pardo. Aunque la cita promete momentos emotivos, no habrá fotografías públicas que inmortalicen la reunión. La decisión responde a la política estricta de la Casa Real: mantener a salvo la imagen de las niñas y preservar su intimidad.

Desde hace más de una década, cualquier contacto público entre Leonor y Sofía con sus abuelos, tías o primos está restringido. La estrategia ha sido clara: proteger a las jóvenes de la exposición mediática y garantizar que su reputación permanezca intacta. Gracias a esto, hoy en día, las hijas de los Reyes gozan de la mejor valoración dentro de la familia real, un logro atribuido en gran parte a la gestión de la Reina Letizia.

Juan Carlos I

Una política de protección y distancia

Públicamente, Leonor y Sofía no han coincidido con su abuelo desde agosto de 2020, cuando se decidió que el Rey Juan Carlos se exiliaría a los Emiratos Árabes. Desde entonces, sus encuentros han sido esporádicos y discretos, siempre bajo la supervisión de la Reina Letizia, quien ha velado por que la relación no se haga visible a ojos de la opinión pública.

La distancia no solo se ha mantenido por cuestiones de imagen, sino también aprovechando las actividades académicas y formativas de las jóvenes. Leonor ha pasado largas temporadas fuera de España, participando en el viaje internacional de formación con la Armada en el buque escuela Juan Sebastián Elcano, y ahora en San Javier. Mientras que Sofía cursaba su bachillerato internacional en un internado en Gales. Esta organización ha permitido justificar su ausencia de actos familiares y mediáticos, reforzando la estrategia de protección que Letizia ha diseñado alrededor de sus hijas.

En este contexto, el encuentro de este fin de semana adquiere un carácter íntimo y cuidadosamente planificado. Sin cámaras ni testigos, las niñas podrán disfrutar de un momento familiar sin comprometer la política de resguardo que las ha mantenido fuera del foco durante tantos años. Así, Casa Real continúa equilibrando la cercanía familiar con la necesidad de preservar la imagen pública de las herederas de la corona.