Leonor tiene un teléfono en Elcano que supera los 2.000 euros
Los padres de los guardiamarinas se enfadan con la dirección del buque escuela por el privilegio a Leonor
La estancia de la princesa Leonor a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano ha supuesto un reto de gran intensidad tanto a nivel físico como mental. Desde el inicio de la travesía, la heredera al trono tuvo que enfrentarse a un proceso de adaptación complicado, ya que, a diferencia de sus compañeros guardiamarinas, no tenía experiencia previa en navegación ni estaba familiarizada con la vida en un barco de semejantes dimensiones. Las condiciones a bordo, lejos de las comodidades a las que estaba acostumbrada, hicieron que los primeros días fueran particularmente difíciles para ella.
Mientras que el resto de los jóvenes marinos ya contaban con tres años de formación y estaban mejor preparados para soportar las exigencias de la vida en alta mar, Leonor tuvo que lidiar con los efectos del mareo y las náuseas, síntomas frecuentes en quienes no están habituados a la navegación. En varias ocasiones, su malestar la obligó a ausentarse de ciertas clases y entrenamientos, por lo que el equipo médico del barco le recetó biodramina para aliviar los síntomas y permitirle continuar con su formación.

Más allá del desafío físico, la princesa también enfrentó una prueba psicológica significativa: pasar 22 días sin tocar tierra firme. Se trató del período más prolongado que ha pasado en el mar hasta la fecha, ya que la travesía entre España y Brasil implicó una larga estancia sin escalas. Finalmente, el 14 de febrero, el Juan Sebastián Elcano llegó a su destino, atracando en el puerto de San Salvador de Bahía. La escala permitió a los jóvenes marinos disfrutar de un merecido descanso y vivir de cerca la efervescencia del carnaval brasileño.
Los padres de los guardiamarinas se enfadan por el privilegio de Leonor
El pasado 11 de enero, los reyes Felipe VI y Letizia se despidieron de su hija en el puerto de Cádiz, como hicieron el resto de los familiares de los guardiamarinas. No obstante, a diferencia de sus compañeros, Leonor cuenta con un medio de comunicación exclusivo para mantenerse en contacto constante con sus padres. Gracias a un teléfono satelital, solicitado expresamente por la reina Letizia y cuyo coste supera los 2.000 euros, la princesa puede hablar con ellos todas las noches.
Este privilegio ha generado cierto malestar entre algunos de sus compañeros y sus familias. En un principio, se aseguró que no habría diferencias entre la princesa y el resto de los jóvenes marinos, pero la posibilidad de comunicación permanente marca una notable excepción. Aunque el barco ha sido equipado con mejoras tecnológicas, como una conexión Wifi más potente y mayor cantidad de puertos USB, ninguno de estos recursos permite a los demás guardiamarinas mantener contacto frecuente con sus seres queridos.
Algunos padres han expresado su descontento ante las autoridades, exigiendo que sus hijos también tengan acceso a un medio de comunicación similar o, en su defecto, que todos se encuentren en igualdad de condiciones y permanezcan incomunicados. Argumentan que, aunque Leonor es una figura relevante por su papel en la monarquía, para cada familia, su propio hijo es lo más importante. Mientras tanto, se sigue procurando que la princesa tenga la mejor experiencia posible durante los seis meses que pasará a bordo del Juan Sebastián Elcano, tratando de hacer su estancia más llevadera en un entorno que, de por sí, supone un gran desafío.