Letizia es quien ha prohibido que vuelva a vivir en Zarzuela

Una distancia que sigue generando preguntas dentro de la Familia Real

Letizia es quien ha prohibido que vuelva a vivir en Zarzuela

En la Familia Real española siempre han existido dinámicas internas que el público solo conoce a través de fragmentos. En los últimos años, una de las historias que más ha generado debate es la tensa distancia entre el rey Felipe VI y su primo Pablo de Grecia, una de las personas más importantes en su juventud. Según Voces Críticas, detrás de ese alejamiento habría una figura clave: la reina Letizia.

Quienes conocieron al joven Felipe lo describen como un chico reservado, incluso algo inseguro. Pablo, un año mayor, era su contrapunto perfecto: cercano, vital y protector. Juntos compartieron inviernos en Baqueira, veranos luminosos en Mallorca y largas etapas de formación escolar y militar casi paralela. Con él, Felipe dejaba de ser el heredero vigilado para convertirse en un joven cualquiera, libre de presiones y expectativas.

Pero el tiempo, las responsabilidades y sobre todo las decisiones internas de la Casa Real fueron transformando esa relación. Cuando Felipe inició su vida con Letizia, la presencia de Pablo comenzó a diluirse. Más allá de la distancia geográfica, lo que realmente marcó la ruptura fueron los recelos personales. Marie Chantal, esposa de Pablo, había expresado en alguna ocasión su descontento con el comportamiento público de Letizia, especialmente en episodios relacionados con la reina Sofía. A partir de ese momento, los encuentros se hicieron esporádicos y siempre fuera de España.

Pablo de Grecia

Por qué no vuelve a Zarzuela: una historia de control y prevención

El vínculo entre Felipe y Pablo siempre fue fuerte, pero también lleno de complicidades juveniles que no encajan en el actual marco de máxima prudencia que rodea a la Corona. Letizia, descrita frecuentemente como estricta en su manera de gestionar la vida familiar, habría considerado que el primo del rey podía traer de vuelta costumbres, amistades y libertades que no encajan con la imagen institucional que busca mantener.

Esa postura coincide con la percepción que algunos tienen de la propia Letizia dentro del hogar real: firme, meticulosa y muy consciente del impacto que puede tener cualquier desliz. Ella controla con rigor la educación de sus hijas y el entorno que rodea a la familia, y ese mismo criterio sería el que ha aplicado también a las amistades del rey.

Así, Zarzuela se convirtió en un espacio vetado para Pablo. No hay enfrentamientos directos ni comunicados oficiales, pero sí una decisión silenciosa que pesa desde hace años. Felipe y su primo siguen apreciándose, pero su amistad ya no tiene cabida en el palacio donde crecieron. Una historia marcada por la nostalgia, la distancia… y por el poder invisible de las decisiones privadas.