La reina Letizia siempre ha sido consciente del impacto que genera cada una de sus apariciones públicas. Desde que aceptó su compromiso con Felipe VI, su imagen quedó bajo una lupa mediática constante. Ese escrutinio no solo afecta a los vestidos que elige, sino también a cada elección discreta que hay debajo de ellos. Lo que pocas personas imaginan es que parte del secreto de su estilo impecable no está en sus looks de Zara o Carolina Herrera, sino en una prenda invisible que ha cambiado su forma de vestir: el body.
La estrategia invisible de una reina muy observada
Letizia conoce perfectamente cómo funciona el mundo de la comunicación y la imagen. Su pasado como periodista le permite anticipar cómo cualquier detalle puede convertirse en noticia. Por eso cuida cada elemento de su vestuario con precisión. Su estilo, a medio camino entre lo accesible y lo sofisticado, la ha convertido en una auténtica “reina influencer”. Cuando luce un vestido asequible, se agota en cuestión de horas; cuando apuesta por alta costura, marca tendencia y reafirma su poder estilístico.

Pero su acierto no se limita a la ropa exterior. Su silueta atlética, fruto de años de disciplina, también condiciona qué prendas utiliza para que todo siente como debe. La delgadez puede ser elegante, pero también plantea un reto: las costuras de la ropa interior pueden marcarse más fácilmente bajo prendas ceñidas. Y en una figura tan observada como la suya, cualquier línea fuera de lugar puede generar debate.
Bodis en lugar de ropa interior común: una elección consciente
Según especialistas en moda como Cova Prado, Letizia ha encontrado la solución perfecta optando por bodis en lugar de bragas y sujetadores tradicionales. Estas piezas moldean suavemente, alisan la zona del abdomen y evitan que se marquen costuras bajo vestidos ajustados, especialmente aquellos firmados por Felipe Varela, uno de sus diseñadores de confianza.
Los bodis no solo mejoran la caída del vestido: ofrecen comodidad, seguridad y una apariencia uniforme, incluso en mujeres con cuerpos muy delgados. De hecho, muchas expertas coinciden en que estas prendas aportan estabilidad al look y una sensación extra de confianza.
La reina Letizia, siempre atenta y práctica, ha convertido esta elección íntima en una herramienta más de su impecable estrategia estética. Una decisión sencilla, casi imperceptible, que demuestra que el estilo, incluso el de una reina, empieza por lo que no se ve.