Oficiales de San Javier aíslan a Leonor por la gravedad de los suecos de la madrugada del lunes
Un episodio inesperado interrumpe la rutina de formación de la princesa Leonor en la Academia del Aire de San Javier
La princesa Leonor, inmersa en su último año de formación militar en la Academia del Aire de San Javier, ha tenido que ser aislada temporalmente debido a un malestar físico intenso que sufrió durante la madrugada del lunes. Según varias fuentes, Leonor se sintió indispuesta, con síntomas de gastroenteritis y gripe, y permaneció en cama bajo supervisión médica.
No es la primera vez que la heredera presenta problemas durante la formación. El esfuerzo físico de las prácticas supera en ocasiones sus límites. Ha ocurrido que se queda sin respiración, se marea o vomita después de ejercicios exigentes. Los oficiales adaptan los cursos a su condición para evitar riesgos mayores. La princesa cuenta con una tutora que supervisa su progreso y realiza un seguimiento cercano, asegurando que pueda completar los programas de manera segura.
Durante esta etapa de formación, Leonor ha tenido varias noches complicadas. La combinación de virus estomacales y el cansancio físico ha hecho que en ocasiones no pueda continuar con las prácticas. El equipo médico de la academia está atento a cualquier signo de alarma. Su salud es prioridad, y todos los cuidados se realizan con máxima precaución.

Preparativos para su futuro militar y académico
Leonor se encuentra en el último año de los tres cursos de formación militar. El próximo mes de junio recibirá la máxima condecoración de los tres ejércitos y alcanzará el mayor rango de las Fuerzas Armadas, un título que hasta ahora solo han ostentado Felipe VI y Juan Carlos I. Con ello, se convertirá en la primera mujer en lograr este reconocimiento.
Estos años han sido muy exigentes. La princesa combina el rigor de la academia con su preparación universitaria, que comenzará próximamente en Madrid. En las clases teóricas no presenta problemas; es aplicada y estudiosa. Sin embargo, las prácticas representan un desafío físico mayor. Por ello, los instructores han adaptado las exigencias y han implementado medidas de seguridad específicas para ella.
A pesar de las dificultades, Leonor mantiene la ilusión por culminar su formación y cumplir con su deber. Los episodios de malestar, aunque preocupantes, no detienen su compromiso. La supervisión constante y la atención médica especializada garantizan que pueda continuar su camino con seguridad. La princesa afronta su último tramo de formación con determinación, a la espera de recibir su condecoración histórica y dar inicio a la siguiente etapa de su vida académica y profesional.