El cambio de marchas en el nuevo Audi Q3 ya no es como lo recuerdas
La marca de Ingolstadt cambia la ubicación de los controles en la nueva generación del Q3

Lleva en el catálogo de la marca desde 2011 y, con la segunda generación –presentada en 2018- habiendo completado ya su vida útil, el coche se renueva en este 2025 con la tercera versión de un SUV que ya es un clásico.
El Audi Q3 se renueva y, entre todos los elementos que lo mejoran, la marca de Ingolstadt incluye un elemento que, aunque a primera vista pasa desapercibido, va a dar de qué hablar: una barra horizontal fija situada detrás del volante en el que se ubican de una forma hasta ahora no vista elementos clave para la conducción como los controles de limpiaparabrisas, las luces largas o las levas del sistema de transmisión automático.
Por la izquierda
Con el cambio, Audi espera imponer un nuevo estándar ahora que los coches con cambio automático son casi la norma. A la izquierda quedan así los controles del limpiaparabrisas, que antes estaban a la derecha, y allí se ubica también el sistema de control de los intermitentes.
En el borde exterior de la barra, también a la izquierda, un sencillo botón físico permite activar los ‘limpias’ para que lleven a cabo un solo barrido y que, si se pulsa, activa el lanzador de líquido. El sistema se completa con un dial que permite ajustar la intensidad de los limpiaparabrisas y otro botón para accionar el ‘limpia’ trasero. Las luces largas se activan accionando el borde exterior de la barra. Y si está se empuja hacia el conductor, podemos hacer destellos.
¿Y en la derecha?
¿Qué se reserva para el lado derecho? Sólo el sistema manual de control de la transmisión. Audi se desmarca así de la tendencia habitual de combinar en la derecha intermitentes y 'limpias', que se suelen combinar con las levas. La marca alemana ubica la barra desde la que se controla prácticamente todo en su nuevo Q3 en la misma columna de dirección y se olvida de experimentos hápticos no aptos para todo tipo de conductores.
¿Funcionará? En Audi consideran que acaban de abrir un camino por el que transitarán el resto de marcas, primero las del Grupo Volkswagen y , después, el resto; pero nada es fácil: como siempre, serán los conductores quienes tengan la última palabra. En Ingolstadt, siempre, van un poco más allá y el riesgo no les asusta.