Mitsubishi se va por la puerta de atrás, y ojo a su futuro en Europa
En Europa, la marca se limita a lanzar versiones de vehículos Renault
Mal momento el que vive Mitsubishi, y no sólo en Europa, donde camina de la mano de Renault y, prácticamente, se limita a logotipar vehículos del gigante francés con su marca a los que cambia el nombre. El Colt, que es un Clio con algún cambio estético, es un ejemplo. El ASX es un Captur y el Grandis, un Symbioz.
A esta, para muchos, discutible estrategia, se le une otra decisión controvertida: la de abandonar el mercado chino. Al tiempo, dos modelos desarrollados por la marca dicen adiós: el Mitsubishi Space Star y el Eclipse Cross. Esta última denominación no servirá ya para identificar al SUV de la marca japonesa, sino para distinguir a un Renault Scenic con pequeños cambios. ¿Qué queda en Europa a la venta con ADN Mitsubishi? Sólo el Outlander, que está a la venta en su versión híbrida a partir de 36.550 euros, aunque no sabemos por cuánto tiempo.

Fuera de China
En paralelo, y tras tres décadas de presencia en el gigante asiático, Mitsubishi deja de vender sus productos. Shenyang Aerospace Mitsubishi Motors Engine Manufacturing Co. (conocida como SAME, aunque nada tiene que ver con el fabricante italiano de tractores) cesa en sus operaciones. Desde 1997, la firma fabricaba motores para vehículos Mitsubishi y, también, los suministraba a otras marcas.
En China, el vehículo más exitoso de Mitsubishi ha sido el Mitsubishi Artek, un SUV eléctrico que sólo se ha vendido en el gigante asiático. El coche se lanzó en 2021, y en 2023 finalizó la producción. ¿Por qué? Muy sencillo: Mitsubishi colaboraba con la empresa china Guangzhou Automobile Group (GAC) y llegó a crear incluso una firma específica denominada GAC Mitsubishi que en 2018 colocaba cada año 150.000 vehículos. Poco después, las ventas empezaron a bajar y en 2023 se llegó a un nivel insostenible. GAC asumió el control total de la empresa y Mitsubishi dejó de vender coches en China.

Futuro incierto
Hasta la fecha, habían seguido fabricando motores, pero la marca nipona no ha sido capaz ni siquiera de mantener a flote ese negocio. La historia se acaba ahora sin más y no parece ni remotamente posible que los Renault que ahora vende Mitsubishi en Europa lleguen al mercado chino. En una coyuntura como la actual, quedar fuera de un mercado de tal calibre y con tanta importancia estratégica es, sin duda, una muy mala noticia para esta marca.