Ojo si tienes este modelo firmado por Mercedes, jamás podrás repararlo

La tercera generación del Smart puede acabar en dique seco

Ojo si tienes este modelo firmado por Mercedes, jamás podrás repararlo

El Smart Electric Drive de tercera generación (Smart ED3) es un coche del que, aunque cumple ya una década, todavía se ve alguna unidad por calles y carreteras. Su tamaño, sus prextaciones y su vocación de eficaz microutilitario lo convirtieron en su día en opción ganadora, tanto que llegó a ser uno de los eléctricos más vendidos de Europa, especialmente en Alemania.

Ahora, sin embargo, los dueños de este modelo tienen un problema serio: Mercedes no ofrece baterías de repuesto. Y eso es un problema serio para un coche que, en su día, llegó a contar hasta con una versión deportiva modificada a cargo del preparador de la Cuenca del Ruhr Brabus, el preferido de Mercedes. Se lanzó en 2013 y tenía hasta una versión descapotable.

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¿Camino del desguace?

Cuando Smart lanzó el Electric Drive 3, la marca formaba parte del grupo Mercedes Benz, que lo desarrolló sobre el Smart 451, conocido también como la segunda generación del Smart ForTwo.

El coche se fabricó entre 2012 y 2015 y en países como Alemania siguen circulando más de 3.000 unidades. En términos generales, el vehículo aguanta bien el paso de los años y sus problemas principales se derivan de fallos de software y escasez de recambios. Si no se solucionan, las unidades que quedan acabarán en el desguace.

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Sin suministros

La batería que monta el coche es de 12 voltios y si se descarga al completo genera un fallo total del sistema que obliga a un reemplazo completo de la batería, pero Mercedes no dispone de baterías de recambio ni está dispuesta a encargarlas a un tercero, porque la demanda no justifica la inversión. ¿Qué opción queda? Un reemplazo de celdas, pero la empresa que las fabricaba en Europa (Li-Tec) dejó de fabricarlas en 2014.

Desde 2015, las celdas de los Smart las suministra hoy la coreana LG Chem, pero no son compatibles con las del Smart ED3 El problema es serio, porque no hay nada más frustrante que ser dueño de un coche que te gusta, funciona bien y puede tirar todavía unos cuantos años y no encontrar recambios para averías graves. ¿Les puede llegar a pasar esto en el futuro a otros coches eléctricos? Las marcas que los fabrican deberían empezar a pensar en soluciones para que sus modelos no acaben apilados en los desguaces de media Europa antes de tiempo. Veremos qué plantean, pero el problema es ciertamente muy serio.