Un problema inesperado pone en jaque a Renault y lo peor es que no hay garantías de solución
Una avería inesperada siembra dudas en la nueva generación de modelos Renault

Hace tres años, Renault tomó una decisión clave: dejar atrás los motores diésel en sus modelos más grandes. Lo que en su momento parecía un movimiento valiente hacia un futuro más ecológico, hoy se está convirtiendo en un dolor de cabeza. El Austral fue el primero en adoptar esta nueva estrategia con sistemas híbridos que prometían mantener el rendimiento de siempre, pero con menor impacto ambiental.
La tecnología E-Tech Hybrid de 200 CV parecía tenerlo todo. Rendimiento, eficiencia y una conducción moderna. Pero bajo el capó, las cosas no iban tan bien. Un problema de dilución del aceite, cuando la gasolina se mezcla con el lubricante del motor, ha afectado a miles de conductores en Europa. Y lo más preocupante es que Renault, aunque ya lo sabe, no tiene una solución definitiva.
Una solución que no termina de llegar
Los ingenieros de Renault han probado diferentes medidas para atajar el problema. Primero, cambiaron bujías. Luego, detectaron que una tubería clave, hecha con un material inadecuado, se deformaba. Esto provocaba un mal funcionamiento en el sistema de presión del motor. A pesar de estos esfuerzos, los resultados han sido poco concluyentes.
Los modelos más nuevos como el Austral, el Espace y el Rafale han recibido cambios en el sistema de refrigeración, que podrían mejorar el comportamiento del motor en frío. Ahora, en lugar de tres depósitos de expansión, hay solo dos. Esto permite que el motor se caliente antes y no se apague tan rápido. Sin embargo, aunque estas mejoras son bienvenidas, no confirman que el problema de fondo esté resuelto.
Y aquí está el verdadero riesgo: si se trata de un fallo más profundo, estructural, Renault podría enfrentarse a la necesidad de rediseñar su motor por completo. Eso significaría tiempo, dinero y una posible pérdida de confianza de sus clientes. Por ahora, no hay garantías. Solo queda esperar y ver si los nuevos ajustes son suficientes… o si el gigante francés tendrá que volver a empezar desde cero. Un fallo así no solo pone en entredicho la fiabilidad de sus híbridos, sino también el futuro de una apuesta clave para la marca.