El sevillista que se deja querer por Zidane en medio de la bronca Sevilla-Madrid
Con todo el jaleo provocado por el gesto de Sergio Ramos, casi nadie se ha fijado en él.
El Sevilla - Real Madrid de vuelta de octavos de final de la Copa del Rey de este miércoles dio para mucho. Un partido trepidante entre dos equipos que se dejaron todo en el campo, a pesar de que la eliminatoria estaba prácticamente sentenciada a favor de los blancos. Pero, sobre todo, este viernes todo el mundo habla del gesto de Sergio Ramos al marcar de penalti, dirigido al sector radical de la grada del Ramón Sánchez Pizjuán pero que hizo que la mayor parte del estadio estallase en contra del capitán del Madrid.
Y con todo, no se ha reparado en que en medio de esta semana en la que viviremos otro partido más (y muy caliente) entre el líder y el segundo clasificado de la Liga que puede comprimir el campeonato, ha habido un jugador del Sevilla que de una forma calmada pero sin cortarse un pelo se ha 'ofrecido' al Real Madrid, o no le ha hecho ascos a vestirse de blanco algún día.
¿Pueden adivinar quién es? Se trata de Nasri. El jugador francés cedido esta temporada en el Sevilla por el Manchester City concedió hace poco una entrevista a la revista 'Onze Mondial' en la que no dijo que no a la pregunta de entrenar bajo el mando de Zinedine Zidane: "¿Por qué no? [...] Eso significaría que estaría jugando para el Real Madrid. Es raro que un jugador tan grande se convierta en un gran entrenador también", reflexionó sobre el técnico.
Nasri, que en su día fue bautizado como 'el nuevo Zidane' en Francia, siempre ha mostrado su admiración por su compatriota y se deshizo en elogios hacia él: "Su trayectoria es simplemente increíble. Está por delante de Pep Guardiola, Manuel Pellegrini o José Mourinho en lo que a puntos se refiere en sus primeros 32 partidos. Ya ha ganado la Champions League, va primero en liga y está invicto desde hace muchísimas jornadas. Lleva una temporada impecable", aseguró. Unas palabras que seguramente no sienten demasiado bien entre el sevillismo, que estos días tiene al Madrid entre ceja y ceja.