¡Que se preparen! La rabia contenida en el vestuario del Real Madrid

¡Que se preparen! La rabia contenida en el vestuario del Real Madrid

La victoria ante la Real Sociedad ha despejado muchas dudas, pero también ha terminado de sembrar un caldo de cultivo peligroso.

Tranquilidad. Esa es la palabra que le rondará a cada jugador del Real Madrid en la cabeza este lunes, después del triunfo contundente por 3-0 ante la Real Sociedad en el Santiago Bernabéu cerrando una jornada fantástica para los intereses madridistas: empates de Barça y Atlético de Madrid y derrotas de Sevilla y el propio conjunto donostiarra, algo que ha hecho que los cuatro inmediatos perseguidores de los de Zidane hayan pinchado este fin de semana. Ahora, sin Copa del Rey que afrontar esta semana, la plantilla tiene siete días para descansar y preparar a conciencia su nueva visita a Vigo para enfrentarse al Celta el próximo domingo.

 

 

De esa salida y del choque aplazado que el Real Madrid tiene en Mestalla va a depender en buena medida la emoción en una Liga cada vez más blanca de aquí a mayo. Así que, en teoría y salvando la eliminación todavía reciente en el torneo del KO todo deberían ser buenas noticias en el entorno y dentro del vestuario merengue. Sin embargo, la victoria contra el equipo txuri urdin en una noche fría y con apenas tres cuartos de entrada en el Bernabéu dejó posos de mal rollo que aún no se han enterrado.

 

Cristiano

 

Hablamos de los silbidos previos a Danilo y Benzema cuando la megafonía del estadio coreó sus nombres en los anuncios de las alineaciones. El delantero francés se llevó la peor parte, pues Danilo estuvo más o menos bien durante el partido y le puso voluntad, algo que aplacó en parte los malos humos del público. Pero Karim volvió a cuajar una actuación mediocre y hubo, literalmente, división de opiniones (con más aplausos que pitos, pero con una cuota de silbidos importante) cuando fue sustituido por Álvaro Morata mediado el segundo tiempo.

 

El Bernabéu también abroncó al equipo en dos fases del partido, y esto es realmente lo que inquieta a vestuario y cuerpo técnico. Durante la primera parte, en la que el Madrid estuvo firme atrás pero insulso en ataque hasta el gol de Mateo Kovacic, con un rifi-rafe especialmente desagradable entre Cristiano Ronaldo y una parte de la grada (el luso llamó "hijos de puta" a quienes le silbaban), y en el segundo periodo, en una fase en la que la Real, ya con 2-0 en contra. dominó y metió en su terreno de juego a los blancos.

 

Gran parte del vestuario no comprende el por qué de esta nueva 'moda' de la grada del Bernabéu. El estadio madridista siempre fue famoso por su altísimo nivel de exigencia, pero consideran que esto es excesivo. Al fin y al cabo, el Real Madrid solo ha perdido dos partidos oficiales esta temporada y quitando su descalabro en Copa, considerado un accidente, acumula dos títulos (Supercopa de Europa y Mundial de Clubes), va primero y/o está vivo en las dos competiciones más importantes del curso y con todas las opciones, y acaba de firmar una histórica racha de 40 partidos oficiales sin perder. Los jugadores han comprendido el mensaje. Saben que el Bernabéu no les va a pasar ni una pero eso favorece la intranquilidad, ya que no ofrece una imagen ni una sensación precisamente de comunión entre la afición y el equipo, algo que consideran fundamental para remar en la misma dirección: la que lleva a los títulos.

 

Un sentimiento de cierta decepción y falta de cariño que llega desde la incomprensión. No considera el vestuario estar haciéndolo ni medio mal como para ser 'castigado' de esta manera. De ahí la reacción del capitán Sergio Ramos nada más adelantarse el equipo en el marcador ante la Real, pidiendo con los brazos en alto e insistentemente que el público celebrase con más ahínco el tanto conseguido por Kovacic. Durante toda la noche la actitud de la grada fue fría y distante, solo con ciertos momentos de zozobra. Los diversos mensajes de algunos jugadores en Instagram tras el encuentro celebrando una victoria que, parece, la gente no ha terminado de entender que era mucho más importante de lo que parece, e incluso el mensaje subliminal de Zidane en rueda de prensa lo decían todo. Hay cierto desencanto... y el vestuario está dispuesto a cambiar eso.