Leo Messi desata una guerra civil en el Barça con un final horrible

Leo Messi es una verdadera ‘patata caliente’ en el Barça, y un problema muy feo que deben de resolver lo antes posible. Primero, por la salud de los aficionados, que ya no aguantan más disgustos, después de ver la irregular marcha del equipo, que en este 2020 ha ido de ridículo en ridículo. Y lo peor es que el 2021 pinta aún peor, al menos, los primeros meses del año. Para empezar, todo dependerá de quien salga elegido en la presidencia, pues las elecciones se celebran enero.

Pero, a decir verdad, parece complicado que el astro argentino se quede más allá de junio, momento en el que finaliza su actual contrato. Y aquí es donde tiene dividido al vestuario, entre los que apoyan su salida, y los que creen que debería de quedarse, al menos, por su jerarquía. Comenzando por el bando que le quiere fuera, no hace falta dar muchos nombres propios, pues ya se los imaginan todos. Antoine Griezmann, Riqui Puig, Marc-André Ter Stegen, Philippe Coutinho, Anssumane Fati…

Todos ellos han provocado una guerra civil muy fea. En especial, después de conocerse las votaciones del ‘10’ para el ‘The Best’, en las que se olvidó completamente de sus compañeros. Para el mejor jugador de la temporada, se decantó por Neymar Junior y Kylian Mbappé, y como portero, por Keylor Navas. Todo, con la intención de lanzar un guiño de manera pública e indiscriminada al que puede acabar siendo su próximo destino, el Paris Saint-Germain.

Después estaría el clan de compañeros que sigue defendiendo a Messi, y que es con los únicos que sigue teniendo contacto. La lista, en ese aspecto, se vería mucho más reducida, a tan solo tres nombres. Jordi Alba, Sergio Busquets y Sergi Roberto son los únicos que siguen hablando como si nada, y que esperan que renueve. Igual que otros como Martin Braithwaite, Frenkie de Jong, Ronald Araújo, Miralem Pjanic, Carles Aleñá o Sergiño Dest, que no quieren que se marche la gran estrella.

En definitiva, todo está dividido en clanes, y el ambiente que se respira en el vestuario no es el más sano en absoluto. También, por culpa de Ronald Koeman.

Así es.