Rüdiger, en la nevera, la decisión más difícil de Xabi Alonso
El técnico vasco toma una de las decisiones más complicadas desde su llegada al Madrid

La llegada de Xabi Alonso al Real Madrid ha traído consigo un planteamiento táctico claro: defensa sólida con compromiso total, especialmente en su novedosa línea de tres centrales. Sin embargo, una de las decisiones más delicadas que enfrenta el técnico es la situación de Antonio Rüdiger. El central alemán, recuperado de su operación de menisco, ha vuelto a entrenar, pero no convence del todo a Alonso. A pesar de la experiencia y liderazgo que aportó en tiempos anteriores, hoy se encuentra relegado y en riesgo de quedar fuera del primer once.
Por ahora, Rüdiger ha vuelto a contar con minutos en el Mundial de Clubes, alineándose a la derecha de la defensa de tres. Pero su papel ha sido meramente funcional: cumple órdenes, pero no se destaca. En cambio, el joven Dean Huijsen ha irrumpido con fuerza, liderando la zaga con gran madurez, soltura en salida de balón y lectura táctica en solo dos partidos. Su rendimiento ha generado dudas sobre la continuidad de Rüdiger como indiscutible.
Rivalidad deportiva y mensaje al vestuario
No se trata de una cuestión de conflictos personales, sino de rendimiento. Xabi Alonso ha comunicado de forma sutil, pero firme, que el central alemán debe elevar notablemente su nivel si desea seguir en el once. Además, Florentino Pérez ha dejado en manos del entrenador la decisión final: continuidad a cambio de adaptación total o posible salida el próximo verano. Según fuentes del entorno, Rüdiger “está en una encrucijada”.
El vestuario también ha interiorizado el mensaje. Jugadores como Tchouaméni, que ha ofrecido una interesante versatilidad en funciones defensivas y de pivote, y el emergente Huijsen han dejado claro que las estrellas solo se mantienen si contribuyen al plan colectivo. Esta apuesta no da privilegios por trayectoria.
Un reto personal y deportivo
Esta decisión es, sin duda, una de las más difíciles de Xabi Alonso. Prescindir de un jugador de tanta jerarquía y entrega no es habitual, pero el nivel exigido en el puesto es máximo. Ramos, Huijsen y Tchouaméni ya han mandado señales de estar listos para asumir roles prioritarios.
El legado del alemán perdurará mientras aporte seguridad y compromiso. Si no, Alonso ya ha mostrado que el futuro del Real Madrid se construirá desde una defensa formada por jóvenes que absorben estilo, velocidad e identidad táctica. Y, en ese escenario, Rüdiger ya no está ni mucho menos blindado. En esta era, ni estrellas ni historia pueden competir con coherencia ni modelo.