Xabi Alonso no puede esconder que no tiene nivel para jugar en el Real Madrid
El entrenador tolosarra ya no puede disimular el fiasco del fichaje
El fichaje de Franco Mastantuono llegó al Real Madrid envuelto en una enorme expectación. Juventud, talento precoz y una comparación tan pesada como inevitable: Lamine Yamal. Sin embargo, con el paso de los meses, Xabi Alonso ya no puede esconder una realidad incómoda: el argentino no ha mostrado, por ahora, el nivel necesario para consolidarse en el primer equipo blanco.
La comparación con Lamine Yamal, que explotó desde el primer día en la élite, ha terminado jugando en su contra. Mientras el canterano del Barça asumía galones y decidía partidos, Mastantuono se ha ido diluyendo, sin encontrar su sitio ni su mejor versión.
Un impacto muy lejos de lo prometido
Mastantuono arrancó la temporada con oportunidades reales. Xabi Alonso le dio confianza desde el inicio, incluso apostando por él como titular en varios encuentros, buscando aprovechar su desequilibrio partiendo desde la banda derecha. Pero el resultado no fue el esperado. Le faltó continuidad, peso en el juego y capacidad para marcar diferencias en partidos de máxima exigencia.

A nivel numérico, su temporada refleja esas dificultades. Mastantuono apenas suma 2 goles y 3 asistencias en más de 1.100 minutos disputados, cifras discretas para un futbolista llamado a ser diferencial. Además, su progresión se ha visto frenada por recurrentes problemas en el pubis, una lesión especialmente delicada que le ha hecho perder ritmo, confianza y continuidad competitiva.
Una competencia feroz que no perdona
El contexto tampoco le ha ayudado. La competencia en la banda derecha del Real Madrid es brutal. Rodrygo, Brahim, Arda Güler e incluso Jude Bellingham ocupando zonas ofensivas han elevado el listón. Xabi Alonso necesita rendimiento inmediato, y Mastantuono no lo ha ofrecido. El técnico ha sido prudente en público, evitando señalar al jugador, pero sus decisiones hablan por sí solas. Mastantuono ha ido perdiendo protagonismo hasta desaparecer de las rotaciones importantes. En un club como el Real Madrid, el tiempo de adaptación es corto y la paciencia limitada.

A sus 18 años sigue teniendo margen de crecimiento, pero hoy la realidad es clara: no ha explotado ni se ha adaptado como se esperaba. El reto ahora es mayúsculo. O da un salto competitivo en los próximos meses, o su futuro pasará por una cesión para reconstruir la confianza que, de momento, no ha encontrado en el Bernabéu.