Batalla campal entre Letizia y Felipe VI por las memoria de Juan Carlos I; no viven juntos
Las nuevas revelaciones del entorno real vuelven a poner en el foco la tensión entre los reyes
Desde hace tiempo se comenta que el matrimonio formado por Letizia Ortiz y Felipe VI funciona más como un equipo de trabajo que como una pareja tradicional. Según la periodista especialista en la casa real, Pilar Eyre, dejaron de convivir hace años y mantienen una imagen pública compartida, mientras «cada uno hace su vida».
Se dice que Letizia reprocha a Felipe que no haya frenado la publicación de las memorias de su padre, Juan Carlos I, un hecho que habría sembrado aún más la distancia entre ambos. Mientras tanto, Juan Carlos I ha celebrado el lanzamiento de su libro titulado Reconciliación en Francia y lo ha hecho con una comida en Galicia que ha despertado gran atención mediática.
La reina aparece, según fuentes, en una postura de «a la altura del betún», mientras el Rey parece haber cedido el control a su padre en una jugada que Letizia no habría tolerado. En definitiva, la hegemonía en torno a las memorias de Juan Carlos se ha convertido en campo de batalla dentro del entorno palaciego.

La publicación de las memorias y el desencadenante del conflicto
Las memorias de Juan Carlos I aterrizaron primero en el mercado francés y firmaron su puesta de largo con una mariscada en O Grove, en la que el ex rey declaró que tiene “muchas ganas de vivir en España”. Ese gesto, aparentemente inofensivo, ha sido interpretado por algunos como una provocación o, al menos, un desafío a la estructura real actual liderada por Felipe VI. Letizia habría visto en ello una muestra de que su marido no actuó para detener lo que considera un agravio institucional y personal.
Por otro lado, la convivencia real ya no es tal: la reina y el rey no comparten techo desde hace años. Los equipos de ambos negociaban salir juntos cuando es estrictamente necesario para mantener la apariencia de matrimonio, aunque la realidad interna sea distinta.
En este contexto, la publicación de las memorias se convierte en símbolo del cambio de equilibrios dentro de la familia real: por un lado, Juan Carlos reivindica protagonismo; por otro, Letizia exige coherencia institucional al rey; y en medio, Felipe VI se ve atrapado entre respeto filial y las demandas de su esposa y su institución.