Felipe VI ha ordenado a los servicios de seguridad que vigilen las llamadas de su padre
En Zarzuela temen que Juan Carlos I diga algo fuera de lugar

Juan Carlos I guarda un pasado, cuanto menos, comprometido. Desde su llegada al trono a toda su vida posterior, como jefe de Estado de España, al emérito no le han faltado ni las polémicas ni las situaciones embarazosas. Y es que, bien fueran causadas por el mismo Juan Carlos I, como por aquellos que lo han rodeado a lo largo de su vida, la realidad es que hay muchos aspectos de la vida privada del emérito que conviene que, por el bien de la Casa Real, sean ocultadas para siempre.
Ante la posibilidad de que salgan a la luz más confidencias peligrosas sobre el pasado de Juan Carlos I, Felipe VI ha pedido a los equipos del CNI y de seguridad de Zarzuela que vigilen minuciosamente todas las llamadas que pueda realizar su padre. Y es que, a pesar de que el emérito no tiene intención de generar ningún incendio mediante sus declaraciones, podría acabar revelando algún secreto sobre su pasado que generar importante revuelo a nivel político en España. Algo que no interesa para nada a Felipe VI que no quiere más problemas de los que ya tiene hoy en día.
La llegada de Juan Carlos I al trono, todo un tema
Buen ejemplo de los temas de los que Felipe VI no quiere ni oír hablar es de la llegada de su padre al trono de España. Y es que, 50 años después de la muerte de Franco, no habría nada menos conveniente que recordar que Juan Carlos I llegó a ser Rey de España por orden directa del que fuera dictador español. Pues, tal y como informa Pilar Eyre, Juan Carlos juró proteger con su vida y para siempre, a la familia del Caudillo porque él “lo es todo gracias a Franco”.
De este modo, para evitar revelaciones de este estilo, Felipe VI ha llegado a la conclusión de que lo mejor es intervenir todas las comunicaciones telefónicas de su padre para así garantizar la estabilidad de la Casa Real, pues, a sus 87 años podría decir, sin quererlo, cualquier cosa que pusiera patas arriba la vida de su hijo en Zarzuela.
Así pues, por culpa de todos los trapos sucios que esconde en su pasado, Juan Carlos I, el Rey Felipe VI ha decidido que hay que intervenir directamente en las llamadas del emérito, el cual podría acabar revelando algún secreto muy comprometedor para el futuro de la Realeza.