Irene Urdangarin obliga a Ainhoa Armentia y sus hijos a comer en una mesa aparte

La hija de Iñaki Urdangarin pone condiciones para ver a su padre

Irene Urdangarin obliga a Ainhoa Armentia y sus hijos a comer en una mesa aparte

A pesar de que Iñaki Urdangarin ha sido capaz de convertirse en millonario a raíz del divorcio de la infanta Cristina, la realidad es que parece que ha perdido más de lo que acabó ganando. Y es que, por muchos millones de euros que tenga en el banco, siempre va a ser incapaz de reparar todo el dolor que causó en las personas a las que más ama en su vida. Pues, como evidencia Irene Urdangarin, el exduque de Palma hizo mucho daño a sus cuatro hijos, los cuales todavía son reticentes a estar con su padre.

En este sentido, tal y como han revelado fuentes cercanas a los Urdangarin, el principal motivo por el que a Iñaki le es complicado poder reunirse con Irene, es la reticencia de la joven a la hora de compartir tiempo con Ainhoa Armentia, a la que siempre ha culpado de todos sus males. Lo que ha acabado distanciando, de forma inevitable, a Iñaki Urdangarin de su hija.

Sin embargo, lo que Irene Urdangarin tampoco quiere, es perder la relación con su padre. Es por este motivo que, tal y como hemos podido saber, Irene habría puesto una condición a su padre, para poder compartir tiempo de calidad cuando viaja para verla en Londres. Esta condición no es otra que la de no tener que compartir mesa con Ainhoa Armentia y sus hijos, a los que no quiere ni ver.

Ainhoa

Irene ya ha dejado plantada a Ainhoa Armentia

Por otro lado, no es ninguna novedad que Irene Urdangarin deje plantada a Ainhoa Armentia. Ya pasó durante la Navidad de 2024, que en la cena, la hija de Iñaki Urdangarin se levantó y abandonó la mesa por no querer estar más rato con su madrastra y sus dos hijos. A los que siempre ha culpado de todo lo malo que le ha pasado a lo largo de estos últimos tiempos.

Así pues, cada vez que Iñaki va a ver a su hija Irene, debe reservar dos mesas diferentes en todos los restaurantes a los que va. Todo porque Irene Urdangarin no está por la labor de compartir mesa con la pareja de su padre. A la que odia profundamente.