Jaime de Marichalar obligó a la infanta Elena a tirar la ropa deportiva a la basura

La infanta Elena cambió radicalmente su forma de vestir por su marido

Jaime de Marichalar obligó a la infanta Elena a tirar la ropa deportiva a la basura

El matrimonio de Jaime de Marichalar y la infanta Elena nunca destacó especialmente por estar formado por una pareja bien avenida en la que el amor destacaba por encima de todo. De hecho, según han revelado las personas más cercanas a ella, se casó con Jaime de Marichalar para satisfacer a su padre, que siempre quiso que se casara con un hombre con un apellido importante y con vinculaciones en la aristocracia española. Algo que acabó haciendo feliz a Don Juan Carlos, pero que llevó a Elena por el camino de la amargura.

Fue por este motivo que en el año 2008, Elena tomó la decisión de poner fin a un matrimonio al que no le veía ningún tipo de futuro. Las discusiones formaban parte del día a día y era tremendamente infeliz al lado de un hombre como Jaime de Marichalar, con el que no compartía absolutamente nada.

Elena

Jaime de Marichalar quiso cambiar la forma de ser de su esposa

De hecho, Jaime y Elena eran tan sumamente diferentes que tuvieron serios problemas por la forma en la que Elena vestía. Pues, al que fuera Duque de Lugo le daba vergüenza salir a la calle si su esposa no se arreglaba e iba de punta en blanco. Algo que nunca le gustó a la hija mayor de Juan Carlos I, que si no tenía que asistir a un acto, optaba por llevar ropa cómoda como lo era la ropa deportiva, que siempre ha sido su forma favorita de vestir.

Sin embargo, Jaime de Marichalar se negó a salir con una mujer que no vistiera bien. Por lo que, lejos de aceptar el estilo de la infanta Elena, Jaime de Marichalar la obligó a cambiar radicalmente su forma de vestir para que comenzara a arreglarse mucho más a la hora de salir de casa. Aunque se tratara de un pequeño recado o de ir a comprar algo en el supermercado.

Así pues, era tan radicalmente diferente la forma que tenían, Jaime de Marichalar y la infanta Elena, de ver la vida, que la decisión de poner fin a su matrimonio para comenzar vidas separadas, fue lo mejor que les podía llegar a pasar en su vida.