La Casa Real de Mónaco paga un sueldo a Charlene por no revelar que Alberto II se acuesta con hombres

El Príncipe de Mónaco vive su sexualidad de forma libre y sin complejos

La Casa Real de Mónaco paga un sueldo a Charlene por no revelar que Alberto II se acuesta con hombres

En la Casa Real de Mónaco nunca han estado especialmente convencidos de que la figura del Príncipe Alberto haya sido la mejor elección para suceder a su padre Raniero III. A diferencia de su hermana Carolina, Alberto nunca fue una persona especialmente interesada en dirigir de la mejor manera el principado ys siempre estuvo mucho más pendiente de su vida personal que de las obligaciones relativas a la sucesión de su padre en el trono de Mónaco. Unas dudas que se fueron acrecentando con el descubrimiento de la identidad sexual del primogénito de Raniero.

Tal y como han revelado varios medios franceses, en Mónaco no han sido pocas las veces que se ha dudado de la orientación sexual del Príncipe Alberto. Y es que, a pesar de que está casado con una mujer como lo es Charlene, siempre han circulado rumores sobre la posibilidad de que al Príncipe monegasco le gusta acostarse con hombres. Una realidad que, si a las personas de a pie no nos parece nada malo, sí que es un problema para una institución anclada en el pasado como la Casa Real de Mónaco.

ALberto

Charlene de Mónaco vive con un sueldo vitalicio

Ante la posibilidad de que los rumores sobre la posible homosexualidad de Alberto II se llegaran a esparcir, la Casa Real de Mónaco llegó a la conclusión de que lo mejor para preservar la imagen de su mandamás era conseguir que se casara para así evitar que se siguiera hablando del gusto del Príncipe Alberto por los hombres.

De este modo, tal y como aseguran fuentes cercanas al principado monegasco, en la Casa Real de Mónaco acordaron pagar un sueldo millonario a Charlene de por vida, a cambio de que se casara con Alberto II. Un plan similar al que llevaron a cabo desde España para evitar que se siguiera hablando de Felipe VI y de su falta de compromiso con las mujeres.

Así pues, para tratar de encubrir el hecho de que Alberto de Mónaco se llegó a acostar con hombres, desde la Casa Real monegasca contrataron a Charlene para que acabara con cualquier rumor sobre la posible homosexualidad del Príncipe Alberto. Pues no se podían permitir que la cabeza visible de Mónaco no mantuviera las tradiciones propias de la Casa Real.