La infanta Cristina y los Urdangarin devuelven la invitación por humillación reiterada
Tensión en Zarzuela mientras las infantas se replantean su presencia en el aniversario de la monarquía
La decisión ha sorprendido, pero no tanto. La infanta Cristina y sus hijos han devuelto la invitación al acto oficial del 50º aniversario de la restauración de la monarquía. Lo han hecho, según diversas fuentes, por una “humillación reiterada” hacia el abuelo, el rey emérito Juan Carlos I. La familia Urdangarin considera injusto el trato que se le ha dado en los últimos años, y esta vez han dicho basta.
La ausencia será notoria. El próximo 21 de noviembre, el Palacio Real acogerá un acto solemne en el que Felipe VI impondrá el Toisón de Oro a Felipe González, Miquel Roca y Miguel Herrero, además de a la reina Sofía. Sin embargo, el gran artífice de la Transición, don Juan Carlos, no ha sido invitado. La Casa del Rey argumenta que se retiró de la vida institucional, pero en Zarzuela muchos ven un gesto más de distanciamiento.
Cristina y sus hijos lo han tomado como una falta de respeto hacia el abuelo. La infanta Elena, por su parte, tampoco acudirá. En el entorno familiar se comenta con claridad: “O iba el padre, o no va nadie”. Un mensaje rotundo que refleja la tensión que se respira entre los Borbones desde hace años.

La fractura familiar se hace visible
La reina Sofía recibirá su merecido Toisón de Oro en un día cargado de simbolismo. Pero el acto, que debería ser una celebración, se verá marcado por las ausencias. No estarán ni el emérito ni sus hijas, un golpe duro para una familia que intenta mantener las formas pese a las heridas internas. La decisión de Cristina y Elena muestra que las grietas no han sanado. Don Juan Carlos, exiliado en Abu Dabi, sigue siendo una figura incómoda para la institución. Sus recientes memorias, en las que reconoce su “desacuerdo personal” con la reina Letizia, no han ayudado a suavizar el ambiente.
El día siguiente, el 22, se celebrará un almuerzo privado en El Pardo al que el emérito sí ha sido invitado. Pero aún no ha confirmado su asistencia. La Casa Real prefiere mirar hacia adelante, pero el gesto de las infantas y los Urdangarin deja claro que el pasado sigue pesando y mucho.