La infanta Elena explica, dolida, el menosprecio de Leonor por su abuelo
La infanta Elena reflexiona sobre la complicada relación entre generaciones en la familia real
Hace más de dos años que Leonor y la infanta Sofía no se ven con Juan Carlos I. No es que el emérito lo haya buscado. Siempre ha deseado estar cerca de sus nietas. A lo largo de su vida, ha mostrado una devoción evidente hacia ellas. Su apoyo, incluso cuando ha sido material, siempre ha ido acompañado de cariño. Sin embargo, la realidad actual muestra un alejamiento claro.
Este verano, la situación se hizo evidente. Las hijas de Felipe VI no visitaron al abuelo ni una sola vez. Prefirieron viajar y disfrutar con amigos en Grecia y otros destinos. Juan Carlos I había pedido en repetidas ocasiones poder verlas, pero sus deseos fueron ignorados. La actitud de las jóvenes ha dolido profundamente a la infanta Elena y a otros familiares, que ven en este comportamiento una falta de gratitud.
Es indudable que Felipe VI y Letizia han puesto de su parte para limitar los encuentros. Buscan proteger a sus hijas de la mala imagen pública del emérito. Sin embargo, Elena considera que Leonor y Sofía ya tienen edad suficiente para decidir por sí mismas. Han alcanzado la mayoría de edad y podrían visitar a su abuelo si realmente quisieran. Para la infanta, que sus sobrinas no tomen esa iniciativa es una señal dolorosa de desinterés hacia alguien que siempre las ha querido.

La opinión sincera de la infanta Elena
En privado, la infanta Elena no esconde su descontento. Critica a Leonor y Sofía por ser desagradecidas y por moverse demasiado por intereses, algo que asocia a su madre. Para ella, la indiferencia hacia Juan Carlos I refleja un vacío emocional que duele a toda la familia. Elena siente que las jóvenes han dejado a su abuelo de lado, ignorando los años de cariño y apoyo que les ha brindado.
Si alguien preguntara a Elena qué piensa de sus sobrinas, la respuesta no sería amable. Para la infanta, la situación es una mezcla de tristeza y frustración. No se trata solo de viajes o preferencias personales. Es un gesto de menosprecio que golpea directamente al corazón familiar. Y aunque trata de mantenerse diplomática en público, en privado no duda en expresar su dolor y decepción.
La relación entre Juan Carlos I y sus nietas sigue marcada por la distancia. Elena, como hermana de Felipe VI, observa la situación con tristeza. Cree que, algún día, Leonor y Sofía podrían arrepentirse de no haber valorado el afecto de su abuelo. Mientras tanto, la infanta mantiene viva la memoria de un vínculo que, para ella, sigue siendo esencial.