La infanta Elena obliga a Jaime de Marichalar a no contar lo que pasó en Nueva York
Jaime de Marichalar podría destruir la buena imagen de la infanta Elena
La infanta Elena siempre ha destacado por ser la integrante más seria y menos ruidosa de Zarzuela. La hija mayor de Juan Carlos I es la hija más cercana a la idiosincrasia de los Borbón. Sin embargo, a pesar de mostrar una imagen que la convertía en la sucesora ideal de su padre, la realidad es que Elena también ha tenido algún comportamiento demasiado similar al que solía tener Don Juan Carlos. Buena muestra de ello fue lo que sucedió mientras Elena y Jaime de Marichalar estaban viviendo en Nueva York.
La realidad es que el matrimonio que conformaron la infanta Elena y Jaime de Marichalar siempre destacó por ser algo mucho más cercano a una unión forzada e interesada que a una relación de amor verdadero entre dos personas que se aman. Lo que acabó provocando que los quince años de matrimonio de los que fueran Duques de Lugo fueran un auténtico infierno para ambos.
Tal y como han tratado de mostrar desde Zarzuela, la relación entre Jaime de Marichalar y la infanta Elena siempre estuvo marcada por las discusiones y la falta de entendimiento, pero nunca por las infidelidades. Sin embargo, la versión oficial tendría muy poco que ver con la realidad. Y es que, tal y como han revelado fuentes cercanas a Casa Real, durante el paso de la pareja por Nueva York, Elena le podría haber sido infiel a su marido.
Jaime de Marichalar se lleva el secreto a la tumba
Según figura en el acuerdo de divorcio firmado entre Jaime de Marichalar y la infanta Elena, el exduque de Lugo tiene absolutamente prohibido, hacer cualquier tipo de revelación sobre el episodio de Nueva York, donde se podría haber producido la primera infidelidad por parte de una Elena que ya estaba harta de compartir su vida con Jaime de Marichalar con el que no se llevaba nada bien.
Así pues, por orden directa de la infanta Elena, Jaime de Marichalar nunca va a poder contar la verdad de lo que sucedió en Nueva York, donde la relación matrimonial de los Duques de Lugo quedó absolutamente tocada de muerte por culpa del comportamiento de la infanta Elena.