La reina Sofía, humillada por sus nietas, Leonor y la infanta Sofía, en la fiesta por su 20 cumpleaños
Un día especial marcado por la distancia familiar
Este fin de semana la Familia Real celebró varios cumpleaños. Entre ellos, el de la reina Sofía, que ya suma 87 años. Sin embargo, la emoción se mezcló con la tristeza. La reina esperaba reunir a toda su familia en Zarzuela. Quería sentir a sus hijos, nietos y amigos más cercanos cerca. Pero no fue posible.
Ni Leonor ni la infanta Sofía pudieron asistir. La decisión fue de Letizia, su madre. Según apuntan diversos medios, las jóvenes solo felicitaron a la abuela de forma breve antes de marcharse. No coincidieron con Elena ni Cristina, ni con sus hijos. La reina Sofía, que ha perdido pilares importantes en su vida, como su hermano Constantino y su cuñada Irene de Grecia, vio cómo la distancia familiar se hacía evidente. La ausencia de las nietas le causó un dolor silencioso. No hubo palabras fuertes ni gritos, solo un vacío que se notaba en el aire.

Una familia rota, pero un esfuerzo por acompañarla
A pesar de todo, otros miembros de la familia hicieron lo posible por levantarle el ánimo. Felipe VI, las infantas Elena y Cristina, y algunos nietos sí se reunieron con ella. La sorpresa fue sencilla, pero cargada de cariño. La reina, según informan algunos medios, atraviesa un momento delicado. Se aísla en su habitación y muestra síntomas de depresión. Comer y dormir se le hace difícil.
Este fin de semana, la Zarzuela fue un escenario de emociones encontradas. Por un lado, la alegría de estar con algunos de sus seres queridos. Por otro, la decepción por no ver a Leonor y Sofía. La reina Sofía se enfrenta a un futuro cada vez más solitario, en el que las decisiones externas, como las de Letizia, marcan la distancia con quienes más ama.
Aunque no estuvieron presentes Leonor ni la infanta Sofía, la reina sintió el vacío de su ausencia. Su cumpleaños, que debería haber sido un día de alegría, se tiñó de melancolía. Aun así, el cariño de quienes sí la acompañaron le dio consuelo. Entre abrazos y palabras de apoyo, Sofía vivió un día intenso, marcado por emociones encontradas y el peso de la distancia familiar.