Letizia amarga el 87 cumpleaños de la reina Sofía con una orden inquebrantable
Un nuevo cumpleaños de la reina Sofía llega con emociones encontradas y decisiones que vuelven a marcar distancia en la familia real
La reina Sofía ha cumplido 87 años en un ambiente más silencioso de lo habitual. Lo que debería haber sido una jornada de celebración familiar se ha convertido, una vez más, en un día marcado por la distancia y la nostalgia. Desde hace años, su mayor deseo ha sido el mismo: reunir a todos sus nietos en torno a una misma mesa. Sin embargo, ese anhelo parece cada vez más imposible.
Según diversos medios, la reina Letizia habría dejado clara una norma que no piensa romper: la princesa Leonor y la infanta Sofía no deben coincidir con sus primos, ni con los Marichalar ni con los Urdangarin. Una orden inquebrantable que mantiene dividida a la familia y que ha generado un profundo malestar en la emérita. Para Sofía, que siempre ha sido el alma conciliadora, esta situación es especialmente dolorosa. Ella, que en otros tiempos logró reunir a todos sus hijos y nietos, ahora observa cómo el vínculo familiar se enfría con cada cumpleaños que pasa.

El sueño imposible de Sofía
El sueño de la reina Sofía es sencillo: ver a sus nietos juntos, riendo como antes, sin cámaras ni protocolos, solo familia. Pero ese sueño parece haberse roto definitivamente. Letizia, firme en su decisión, no quiere que Leonor ni Sofía compartan momentos con sus primos, una medida que busca proteger la imagen y la privacidad de las hijas de los Reyes.
Sin embargo, en el Palacio muchos interpretan esta distancia como una barrera difícil de justificar. Sofía, que siempre ha mostrado una lealtad absoluta a la institución, se encuentra atrapada entre su amor de abuela y las estrictas decisiones de su nuera. Este año, una vez más, soplará las velas sin poder abrazar a todos sus nietos.
A pesar del cariño de sus hijos y del respeto de la sociedad, la reina emérita sabe que su gran deseo ya no podrá cumplirse. Los tiempos han cambiado y las decisiones de Letizia marcan el rumbo de la nueva monarquía. Un rumbo que, aunque firme y moderno, ha dejado atrás una de las tradiciones más queridas por Sofía: la unión familiar.