El primer lío de Diego Costa en el vestuario del Atlético de Madrid: ¡Vaya enfado!

El primer lío de Diego Costa en el vestuario del Atlético de Madrid: ¡Vaya enfado!

El futbolista hispano brasileño sigue demostrando que es un hombre muy temperamental.

Diego Costa logró al fin su propósito cuando el Atlético de Madrid y el Chelsea alcanzaron un acuerdo para su fichaje. Desde ese momento, el delantero se ejercita a las órdenes del Cholo Simeone y su cuerpo técnico para coger la forma física lo más pronto posible después de varios meses sin competir y casi sin entrenarse, y de ese modo estar en perfectas condiciones cuando llegue el mes de enero y se le pueda inscribir en todas las competiciones.

 

Sin embargo, parece que la situación, atípica para cualquier futbolista, le empieza a pasar factura psicológica a Costa, que en los últimos días ha empezado a hacer gala de su agrio carácter cuando quiere. Y es que las durísimas sesiones de trabajo físico que el 'Profe' Ortega ha diseñado para él no parecen tenerle demasiado contento. Mientras él preferiría entrenarse con balón y en grupo junto al resto de sus compañeros, el preparador físico del Atlético de Madrid le mantiene al margen la mayor parte del tiempo.

 

Costa explotó en uno de los últimos entrenamientos del equipo, cuando fue apartado del grupo para realizar series de velocidad, una decisión que no entendió y que le molestó bastante. Lo hizo patente a través de gestos, aspavientos y algún que otro balonazo a destiempo. Son detalles que por ahora parecen no tener importancia, pero que en un futuro podrían empezar a causar malestar en el seno de la plantilla. No hay que olvidar que Costa es un recién llegado, por mucho pasado rojiblanco que tenga.

 

Salidas. Por si fuera poco, con el paso de los días va aumentando cada vez más la presión sobre algunos nombres propios del plantel, que parecen tener los días contados por la llegada del delantero. Kevin Gameiro y Luciano Vietto siguen siendo los dos favoritos para marcharse en enero, algo que a buen seguro no les gustará un pelo. Y tendrán que compartir vestuario durante tres meses con el jugador que ha llegado para provocar su salida. Un tema que tendrá que 'capear' Simeone.