Raphinha 'se la juega' a Ansu Fati con un giro que rompe su ilusión: el Barça cambia su niño de oro

Raphinha 'se la juega' a Ansu Fati con un giro que rompe su ilusión: el Barça cambia su niño de oro

El partido ante el Cádiz puede ser el incio de la leyenda de este joven crack

Tras un inicio muy complicado contra el Getafe, el Barça afronta una nueva jornada de liga con la obligación de ganar para no perder fuelle respecto de los equipos punteros. Para ello, los culés deberán sacar los tres puntos en su estreno liguero en Montjuïc ante un Cádiz que, como el Getafe, tiene por costumbre arrancar algún punto de sus encuentros contra el Barça. Sin embargo, este choque podría traer una novedad capaz de desequilibrar por completo el partido, se trata de Lamine Yamal.

Lamine

Raphinha hace un mal favor a Ansu Fati

El encuentro entre Getafe y Barça, no dejó ninguna baja por lesión (Araujo cayó lesionado en un entenamiento), pero sí provocó dos ausencias importantes para los culés en el segundo partido de liga, la de Xavi Hernández y la de Raphinha, ambos sancionados por sus respectivas expulsiones en el Coliseum Alfonso Pérez. En este sentido, la baja de Raphinha abre un hueco para otro acompañante de Robert Lewandowski, que si debe responder a las exigencias de Xavi de ser extremo abierto y capaz de jugar por derecha solamente nos deja un nombre, el de Lamine Yamal, la gran joya de la Masía, que ya le ha arrebatado el título de niño de oro a Ansu Fati.

La realidad es que, deportivamente, tiene todo el sentido ubicar a Lamine Yamal al lado de Lewandowski, pues es el jugador perfecto para lo que plantea Xavi con su esquema. Sin embargo, en cuanto a la naturalidad del paso, hay más dudas, ya que Lamine es un jugador de 16 años, cuya experiencia en el primer equipo se resume en dos partidos donde ha entrado como suplente y en una pretemporada. Hecho que no haría natural su salto a la titularidad. De pasar de ver si tendría algunos minutos a ser de la partida en Montjuïc hay un gran paso y Xavi deberá evaluar si es conveniente darlo, porque una vez dado, ya no hay vuelta atrás posible.

Y es que hacer de un adolescente a un fijo en el equipo puede acabar por ser un problema si no se gestiona bien al jugador, que debería entender que no es titular por defecto, sino que lo es por culpa de una baja, de forma que, pese a que su talento es reconocido por todos, no es una estrella del primer equipo, todavía.