Laporta y Deco aún no se han repuesto y Pedri está desolado: tras Xavi, el motor del Barça se irá

Laporta y Deco aún no se han repuesto y Pedri está desolado: tras Xavi, el motor del Barça se irá

Disconforme con el club y la gestión técnica, el jugador no está cómodo y deja entreverlo con señales

Ya desde el inicio del curso se supo que lo de Ilkay Gundogan iba a ser un tema complejo. Costó que llegase, costó inscribirlo y cuesta ahora que en lo deportivo las cosas van mal, hacerlo entrar en el raíl. El jugador internacional con Alemania se ha quejado tras las duras derrotas sufridas por el club esta campaña y lo ha hecho sin filtros, haciendo autocritica, haciendo de líder. Pero hay más.

Gundogan

De pasado a su entorno

Esas renuncias con Xavi y sus compañeros no han sentado bien en el vestuario, pero Gundogan lo ha dejado claro: él no llegó a Barcelona para hacer amigos, llegó a levantar el club y no cree que este vaya por la buena dirección. Además, él está cumpliendo, siendo de los mejores del equipo, aportando tanto en su función de construcción como incluso anotando goles importantes, pero el equipo no arranca y esta temporada, a excepción de la Champions, ya la han tirado en febrero. Y viniendo de donde viene, eso ni le vale ni le llena.

Ahí están, fruto de todo lo indicado o no, las palabras de su mujer, Sara, en el Daily Mail asegurando que “siempre es triste (abandonar Mánchester), sobre todo porque haces amigos, eres feliz en algún lugar, construyes tu vida y luego tienes que dejar a todas las personas que conoces. Empecé a disfrutarlo todo y ahora extraño Manchester”. También le sucede al jugador de origen turco; no se esperaba una caída tan abrupta de culé como la que está viviendo, más cuando venía de ganarlo todo en un Manchester City en el que todo, bajo el mando de Pep Guardiola, funcionaba como un reloj.

Gundogan y Sara

El problema para Laporta y Deco, también para compañeros suyos como Pedri, es que tienen difícil convencerlo de lo contrario: el proyecto no pinta bien, y no solo por lo deportivo, tampoco lo económico invita a ser optimistas. Por ello, sabedor de que no le quedan muchos años de fútbol, el jugador puede pensarse oír según qué propuestas en junio. ¿Premier? ¿Arabia? Está por ver. Tiene contrato hasta 2025 pero desde ahora no promete cumplirlo.