Marcelino, adiós a Luis Enrique: 2 fuera y Sergio Ramos resurge

El central del PSG, al igual que otros jugadores que hicieron méritos para ir a Qatar pero no casaban con la idea, vuelven a tener opciones si España cambia de entrenador

Marcelino, adiós a Luis Enrique: 2 fuera y Sergio Ramos resurge

Si ustedes miran el partido de hace cuatro años (no exactos, pero sí simbólicamente retratados) de España ante Rusia, en el Mundial de 2018, se encontrarán con un guion similar al que permitió a Alemania merecer más ante España, pero sobre todo a Japón, ahora a Marruecos o a Suiza (antes de Qatar, en la quinta jornada de la Nations League) ganar a La Roja. Algo falla ahí. Y al final, en el fútbol moderno, la lucha por los éxitos sí necesitan renegociar las ideas, sobre todo cuando no se alcanzan los objetivos. La España de Luis Enrique no supo reformular su filosofía, que es tan rígida, tan lineal, que muere de purismo. Su probable sustituto, Marcelino García Toral, sí negociará ese fútbol control, y no solo eso, aplicará otro elemento por el que Sergio Ramos vuelve a estar en las quinielas.

Por zanjar la eliminación de una España decepcionante a todos los niveles en su participación en el Mundial, Marruecos, como el cuadro nipón, planteó el tipo de partido que quería, que le interesaba sobre el único plan de Lucho, y a eso se jugó. De nuevo. Por otro lado, hay algo que ya falló en otras ocasiones a Luis Enrique y que no ha sabido corregir, lo que ha derivado en fracaso: las estadísticas, más allá de la posesión, hablan de igualdad absoluta, incluso los africanos tiraron una vez más a puerta (dos, por solo una de La Roja). Esa es la razón de que Marcelino no vaya a caer en el fútbol sin aristas ni dobles velocidades de Luis Enrique, que, parece, ya es historia.

Busquets con Amrabat

Lo primero de todo, Marcelino sí cree en la intensidad, pero también en la verticalidad más que el control absoluto y eso habla de una nueva España en la que las transiciones surjan más a menudo: menos control, sí, menos posesión, seguro, pero más capacidad de dañar al rival de forma mucho más directa. La meta del adversario importará más que el control férreo de la pelota; y lo importante en cualquier caso será no encajar. Por otro lado, Sergio Ramos, como Iago Aspas o Sergio Canales van a tener opciones de volver con España porque Marcelino piensa llamar a quien esté mejor, no a esos futbolistas a los que se pueda meter dentro de un encuadre dogmático. Luis Enrique no ha sido mejor ni puede que sea peor, solo quiso morir con sus ideas y así ha sido, aunque, eso sí, de irse, se irá por la puerta de atrás.

Marcelino ha acostumbrado a jugar con un 4-4-2, también con un 4-2-3-1, pero sobre todo siempre ha declarado su admiración por equipos con una capacidad defensiva muy trabajada. También por no arrugarse si tiene que replegarse y salir a la contra. Para él, Carlo Ancelotti o incluso Simeone, también Jürgen Klopp, comparten aspectos que caben en su doble idea: la salida en presión más pérdida debe ser fulgurante, el aspecto táctico pasa a ser determinante. Y eso supone romper con intocables que lo son por ser especialistas en la posesión, pero no atletas, como son Jordi Alba y Sergio Busquets y cuyo ciclo con Marcelino seguramente haya terminado, pero también Eric García, Koke o Sarabia. Marcelino quiere meter más músculo, más ritmo, más rigor defensivo y eso pasa por demoler el fútbol control, al menos en su carácter más severo, ese que representa Luis Enrique; bueno, seguramente, representaba.

Marcelino