Xabi Alonso le pone la cruz, no pasa la prueba contra el Villarreal, cada vez lo tiene más difícil
El técnico del Real Madrid pierde la paciencia con el brasileño, ve cómo su papel en el equipo se debilita partido tras partido
Rodrygo Goes vive uno de los momentos más delicados desde que llegó al Real Madrid. Su actuación frente al Villarreal ha sido la gota que ha colmado el vaso para Xabi Alonso, que empieza a perder la confianza en el delantero brasileño. La sensación dentro del cuerpo técnico es clara: Rodrygo no está ofreciendo el nivel que se espera de un jugador de su talento y jerarquía.
El entrenador donostiarra esperaba una reacción, un paso al frente, una demostración de carácter ante un rival exigente. Sin embargo, lo que vio fue todo lo contrario: un futbolista apático, desconectado del juego y sin la chispa que lo convirtió en una de las grandes promesas del proyecto blanco. Rodrygo no pasó la prueba y, a ojos de Alonso, cada vez lo tiene más difícil para mantener su sitio en el once titular.
Falta de impacto y un vestuario que empieza a dudar
Dentro del vestuario del Real Madrid hay preocupación. Algunos compañeros perciben a Rodrygo más aislado y con una actitud distante. No se trata de un problema de comportamiento, sino de confianza y rendimiento. En los entrenamientos, su nivel ha bajado respecto a temporadas anteriores, y la competencia en la delantera es cada vez más feroz.

Xabi Alonso no quiere “regalar minutos” y considera que el brasileño debe ganarse el puesto como cualquier otro. Aunque Florentino Pérez siempre ha sido uno de sus grandes defensores, la paciencia en el cuerpo técnico se agota. No hay castigo, pero sí un mensaje contundente: quien no rinda, no juega.
Entre la presión y la necesidad de un cambio
Rodrygo, que llegó al Madrid con el cartel de futura estrella, se encuentra ahora ante un punto de inflexión. El club valora su calidad y potencial, pero la exigencia en el Real Madrid no permite relajaciones. En el cuerpo técnico se repite la idea de que debe recuperar la ambición, la intensidad y el hambre que mostró en sus primeras temporadas.

Xabi Alonso, firme en su estilo de gestión, no hace excepciones. Si el brasileño no reacciona pronto, su rol podría reducirse aún más, e incluso su continuidad a medio plazo podría ponerse en entredicho. El mensaje del técnico es claro: el talento no basta, hay que demostrarlo cada semana.