De ser el amante de la infanta Elena a recibir palizas por las que fue ingresado 5 semanas
La relación con la infanta Elena se rompió por sus traumas de la infancia

La infanta Elena siempre destacó por ser la hija más discreta de Juan Carlos I. De hecho, más allá de su matrimonio fallido con Jaime de Marichalar, no se le conoce ninguna otra relación de gran calado en su vida. En este sentido, a pesar de que no es ningún secreto que Elena ha tenido, a lo largo de su vida, varias relaciones con hombres, nunca se ha llegado a enamorar perdidamente de nadie. Buena muestra de ellos fue la corta relación que llegó a mantener con Cayetano Martínez de Irujo.
Tal y como aseguró él mismo, en una entrevista con Risto Mejide, el que fuera jinete llegó a mantener una breve relación sentimental con la infanta Elena. Estamos hablando de los años ochenta. Muchos años antes de que la hija mayor de Juan Carlos I decidiera casarse con Jaime de Marichalar, cuando llegó a estar, durante tres meses, junto a un Cayetano Martínez de Irujo que, antes de que su relación llegara a mayores, optó por romper su relación con Elena.
De hecho, tal y como aseguraba el propio Cayetano, la mayoría de su entorno lo empujaba a seguir adelante con su relación. Sin embargo, acabó escuchando a su propio corazón y dejó a Elena: “Fue difícil salir de ahí. Era muy seductor para todo el mundo a mi alrededor. Tuve la fuerza de decir ‘esto no es lo mío’”.
Los traumas de la infancia no dejan en paz a Cayetano
Gran parte de la culpa de que Cayetano Martínez de Irujo no fuera capaz de mantener una relación larga y estable con la infanta Elena o muchas otras mujeres fue por culpa de los muchos traumas que acumuló a lo largo de la infancia. Tal y como aseguró el propio jinete, las palizas que recibió por parte de sus niñeras, lo llevaron a temer a las mujeres y a generar un problema emocional con ellas. Lo que lo llevó a pasar cinco meses ingresado, bajo tratamiento psiquiátrico.
Así pues, la vida de Cayetano Martínez de Irujo no fue especialmente fácil a la hora de tratar con mujeres. Ni con la infanta Elena ni con Genoveva Casanova ni con ninguna. Pues, todo lo que sufrió a lo largo de su infancia, lo privó de confiar en las mujeres que se le acercaban.