Juan Carlos I empeora, sus hijos están pendientes de la evolución médica, pero los resultados no son buenos

Los médicos no son optimistas con el futuro de Juan Carlos I

Juan Carlos I empeora, sus hijos están pendientes de la evolución médica, pero los resultados no son buenos

Hace tiempo que las noticias referentes al estado de salud de Juan Carlos I no son nada positivas. El emérito lleva varios meses postrado en una silla de ruedas por culpa de la falta de fuerza y los intensos dolores que sufre en dicha extremidad, lo que no permite que pueda moverse con movilidad alguna. Una situación que, tal y como hemos podido saber, no hace más que empeorar con el tiempo y que por muchos tratamientos a los que se ha sometido a Don Juan Carlos sigue sin dar ningún tipo de respuesta positiva.

Además, esta situación ha hecho que se generan un gran número de inseguridades en la cabeza de Juan Carlos I, que no quiere ser visto como un rey derrotado. Una imagen que considera que va a dar si es visto en una silla de ruedas. Es por este motivo que ha rechazado viajar a España a lo largo de estos últimos fines de semana, en los cuales no ha sido capaz de levantarse para caminar ni unos pocos metros.

Esta situación ha comenzado a ser motivo de importante preocupación en Felipe VI y las infantas Cristina y Elena, que están muy pendientes de la evolución de un Juan Carlos I que está cada vez peor. Pues ya han visto que no hay ningún tratamiento que tenga efecto sobre el maltrecho estado físico del emérito.

Juan CArlos

Juan Carlos I no quiere volver a España en silla de ruedas

Para el emérito es muy importante seguir transmitiendo una imagen de fuerza y entereza. Es por este motivo que no quiere que en España lo vean en una silla de ruedas, lo que provocaría, según él, que lo consideren un rey derrotado y débil. Una imagen que no quiere que se le atribuya a pesar de que ya es más que bien sabido que su estado de salud está en un punto absolutamente crítico.

Así pues, tanto Felipe VI como Elena y Cristina ya saben que Don Juan Carlos no está evolucionando de forma favorable y que, salvo sorpresa, no va a ser capaz de caminar con normalidad en lo que le queda de vida. Un pronóstico muy desalentador para el emérito, que odia la silla de ruedas.