La infanta Elena ha explicado a su hermano la gravedad del estado de su padre, que le obliga a mudarse de casa
Su incapacidad para moverse lo ha obligado a cambiar de hogar

El estado de salud de Juan Carlos I comienza a ser un motivo de seria preocupación en Zarzuela, el emérito ha sido incapaz de remontar el vuelo después de la caída en Botswana donde comenzaron todos los problemas de verdad para un Juan Carlos I que, desde ese momento, comenzó una caída libre en cuanto al estado físico del emérito, que ha ido perdiendo su capacidad para moverse de forma acelerada y preocupante, lo que ha hecho que necesite asistencia durante, prácticamente las 24 horas del día, pues tiene que moverse siempre en silla de ruedas.
De hecho, es tan grave el estado de Juan Carlos I que, el equipo médico encargado de realizarle todo el seguimiento necesario, ya le ha hecho saber a la infanta Elena que su padre no solo necesita contar con servicio durante todo el día, sino que también requiere de un hogar totalmente habilitado para sus necesidades. Es decir, una mansión totalmente plana, sin escaleras y donde Juan Carlos pueda moverse fácilmente sin necesidad de hacer malabares con su silla.
Es por este motivo que, lejos de hacer obras en la actual mansión en la que vive el emérito, todo el equipo encargado de los cuidados de Juan Carlos, ha llegado a la conclusión de que lo mejor para él es cambiar de hogar y mudarse a una mansión mucho más accesible para una persona con la movilidad tan reducida como lo es el padre de Felipe VI.
Los dolores no dejan vivir a Juan Carlos I
Por otro lado, el estado de salud del emérito es tan grave que la mansión, además de disponer de 2.000 metros cuadrados y de una playa privada a plena disposición para el emérito, también cuenta con un helipuerto para que, en caso de necesitar una extracción de urgencia, el emérito tenga en cuestión de minutos, un helicóptero médico a su plena disposición, una necesidad mayor, ahora que sufre unos dolores que le hacen la vida muy difícil.
Así pues, la infanta Elena ya ha hecho saber a su hermano, Felipe VI que Juan Carlos I ha necesitado un cambio de hogar, de cara a tener una mejor calidad de vida a pesar de los problemas que le generan, tanto los dolores, como su movilidad extremadamente reducida, pues el emérito ya no puede vivir sin una silla de ruedas y atención médica las 24 horas del día.